¿Vives Buscando el Arca Perdida o en Lazy Town?
Estas semanas estoy viviendo un sueño: se han vendido todas las plazas del Programa de Objetivo Profesional de este 2014. Y encima los participantes son de ESCÁNDALO. El nivel de ilusión, de comprensión, de apoyo y “camaradería” que hay en el grupo es increíble.
Tengo que dar gracias por ellos y a ellos por dejarme formar parte de sus vidas durante estos días para ayudarles a producir los cambios que desean.
Aparte de compartirlo porque estoy MUY feliz, en este Programa yo siempre hablo de que empezamos un viaje, una aventura. Por qué digo esto? No es porque yo hable de encontrar el Santo Grial – y eso me recuerde a la película de Indiana Jones – y eso me haga hablar de una aventura :P.
Es porque LA VIDA ES UNA AVENTURA. Porque no sabes cómo va a terminar.
Las aventuras, por definición, son extraordinarias, emocionantes, peligrosas; las aventuras siempre implican riesgo e incertidumbre.
Y son intimidantes. Nos intimidan y nos asustan por una razón: no controlamos lo que va a ocurrir. Y eso acojona. Hay las mismas posibilidades de que la aventura acabe bien, como de que no lo haga.
Y cuanto antes aceptemos que esa es la esencia de nuestra vida, antes podremos avanzar hacia lo que nos espera.
No sólo eso: cuanto mayor la aventura que inicies, cuanto más grande el objetivo que persigas, mayores decisiones tendrás que tomar y mayor cantidad de cosas quedarán fuera de tu control. Eso es lo que pasa cuando quieres hacer algo que valga la pena. Y esta sensación suele ser muy paralizante.
Y cuando tenemos que decidir, por desgracia no existe, como en las pruebas tipo test, la opción de “marcar todas las anteriores”. Siempre hay algo que debemos dejar fuera del plato y eso es muy asustante. Porque nos asusta el riesgo, nos asusta arrepentirnos, nos asusta tener que elegir y luego lamentar aquello que dejamos fuera.
Cuando todo va bien, no nos planteamos nada de esto. Pero cuando la vida se empieza a agitar, cuando la música de fondo sube y sabes que es porque algo malo le va a pasar al protagonista, es cuando nos entra el pánico y nuestra reacción ante lo que ocurre es correr a ponernos a cubierto, a mantener la cabeza agachada para que pase el temporal. En esos momentos de desesperación, conformarnos con lo que tengamos, no suena mal.
Tal vez tu vida sea aburrida, sin novedad, lenta: lo-mismo-ayer-que-hoy-y-más-de-lo-mismo-mañana. Y aunque no es lo que quieres ni lo que esperabas, te conformas porque es más de lo que tienen muchos. Al menos te sientes seguro, al menos tienes las cosas bajo control.
Y es muy irónico que hayamos luchado a lo largo de los siglos para llegar a tener libertad de elección… y en cambio en nuestro día a día, nos aterra tomar decisiones y elegir – porque nos aterra perder el control. La mayoría de las decisiones que tomamos están dirigidas a mantener nuestro status quo, a mantener las cosas como están, mantener la homeostasis – o en palabras del saber popular: “Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy”.
Odiamos la incertidumbre, que es otra gran ironía, porque la incertidumbre es parte esencial de la libertad. Pensamos que si somos “obedientes” y nos mimetizamos con el sistema, nos aseguraremos una vida feliz y sin sobresaltos. Que es lo mismo que creer que a la gente buena sólo les pasan cosas buenas, no?
Y luego viene la vida y con esa curiosa forma que tiene de demostrarnos su cariño, va y te suelta una andanada y te descoj*** todos los planes… y te recuerda que eres humano.
Y te recuerda que aunque no quieras salir en busca de aventuras, las aventuras te encuentran y te tiran todos tus planes por la borda. Porque un día te echan del trabajo, un amigo te traiciona, te ponen los cuernos, pierdes a tus padres cuando necesitas seguir siendo hijo, o compras unas preferentes que no debías, o tienes un accidente y todo cambia en un instante.
No, no lo tenemos todo bajo control NUNCA. Somos humanos, nos pasan cosas. Si no quieres que te pase nada, pide reencarnarte en una figura de Lladró la próxima vez.
Y como tememos esa pérdida de control, vamos tomando horribles decisiones con las que esperamos “asegurar” la felicidad y la seguridad… y reprimimos nuestros sueños, y nos conformamos con trabajo que no nos gusta – o, incluso, odiamos – todo por tener una carrera “segura” aunque sea exactamente la que nunca quisimos.
Para vencer esa pánico a perder el control, hay una lección que debemos comprender, aprender y practicar TODOS:
Lo único que está bajo tu control es… tú mismo.
Cuando nos paraliza la indecisión, cuando la tensión, el miedo, se apodera de nuestra capacidad de actuar con libertad, es porque no hemos entendido cuáles son las cosas que podemos y no podemos controlar.
– Lo que te ha ocurrido hasta ahora o lo que te va a ocurrir, está fuera de tu control.
– Lo que otra gente piense, diga o haga, está fuera de tu control.
– Lo que ya hayas hecho o dejado de hacer hasta ahora, está fuera de tu control.
– El tiempo que vayas a pasar en esta vida, o el tiempo que vaya a pasar cualquier otra persona en esta vida, está fuera de tu control.
La lista puede ser eterna. Tan grande como el universo. Porque de todo el universo, la única influencia medible que puedes ejercer está limitada a una parte muy muy muy pequeñita: TÚ.
Y ni siquiera puedes controlar todo lo que tiene que ver con tu persona, ni siquiera cosas muy básicas, en realidad básicamente lo único que puedes controlar es lo que ELIGES o DECIDES HACER.
Esas decisiones a las que tenemos tanto miedo? Esas, son las únicas que están bajo tu control. Son las únicas en las que puedes ejercer tu libertad, en las que puedes expresarte, las que reflejan tu persona, tus deseos.
En la vida puedes tratar de moverte con un GPS – te podrá decir cómo llegar de A a B, pero no puede predecir el tráfico, ni el tiempo, ni cómo estará la carretera, ni el estado de tu coche, de los neumáticos o lo que hayan bebido los otros conductores. Así es la vida.
Es un aprendizaje duro. Pero está en tus manos la decisión. Tú decides si vas a dejar que el miedo de lo que no puedes controlar sea quien decida cómo va a ser tu futuro o si vas a aceptar que la incertidumbre es inevitable y vas a arriesgarte a empezar la aventura que sabes que debes vivir.
Estás tan preparado como necesitas estar. Si tienes un SUEÑO, es hora de dar ese primer paso hacia tu aventura.
P.d.: Si quieres, me encantará que compartas conmigo cuáles son los miedos (internos) que te están impidiendo perseguir tus sueños. Te espero en los comentarios.
¡Enhorabuena por tu artículo y por el momento tan feliz que vives!
¡Una gran manera de derrochar entusiasmo y transmitirlo al resto! Todos tus artículos cuando los leo son una «patada en el culo» tan buena que llevan a moverlo.
Gracias a personas como tu ya he decidido hace tiempo que el miedo es para los cobardes y yo no soy uno de esos, así que de nuevo… ¡gracias!
Hay una frase que dice que «ningún marinero se hizo experto en un mar en calma», así que… ¡a por las tempestades de frente!
Un saludo
Pues yo a veces tengo una especie de subidón espiritual, mi mente se expande y me veo pensando cosas del tipo:
– “y… si somos algo más que humanos, y no sólo no podemos controlarlo todo, sino que hay procesos por los que tenemos que pasar sí o sí, dictados por una especie de aventura/aprendizaje universal?»
– “y… si nos hemos inventado que para ser feliz debemos estar permanentemente enfocados en cumplir objetivos, y por lo tanto en el futuro?»
Y es entonces cuando mi parte más racional me espeta:
– «Pero que coj… dices!! Tienes un objetivo. Sabes cómo llegar hasta él. Los recursos están llegando y vas a ser la hostia. Siéntete. Esto que estás percibiendo es real y algún día podrás demostrarlo y demostrártelo».
Yo no tengo muchos miedos, he tenido los traumas suficientes como para superarlos, o por lo menos estar en el proceso. Tengo los justos y necesarios para asegurar mi propia supervivencia. Como muchos, estoy desempleada, no tengo ingresos y aunque es una situación límite, no es comparable con toda esa gente que encima tiene hijos a los que sacar adelante.
Así que me digo: “cariño, sécate las lágrimas y sonríe, estás aquí para apoyar, para ayudar, y te doy la fuerza necesaria diaria para llevarlo a cabo».
Y es entonces cuando soy feliz, simplemente… feliz, sin haber conseguido mi objetivo ni remotamente.
(debo de ser rarita)
Mi enhorabuena, Mª Luisa, porque tú lo vales!!!! ☋
Otro artículo excelente María Luisa.
Esperar, buscar, pensar sin llegar a la acción y sin tomar las decisiones precisas seguidas de dar un paso tras otro, no sirve de nada. Miedo sí, pero la única forma de hacerlo desaparecer, es luchar contra él y vencerlo.
Felicidades nuevamente. Un saludo
Jesús Portilla
No, no lo tenemos todo bajo control NUNCA. Somos humanos, nos pasan cosas. Si no quieres que te pase nada, pide reencarnarte en una figura de Lladró la próxima vez.
Completamente de acuerdo en la primera parte de la afirmación, en cuanto a la segunda parte , por desgracia muchas figuras de lladró acaban destrozadas, por lo que prefiero ser una persona, gg, lo digo porque imagino que lo que intentas transmitir es que a veces las personas preferirían pasar inadvertidas o ser invisibles o inapreciables ante ciertas situaciones desagradables, pero yo pienso que precisamente el ser humano tiene capacidades increíbles, es capaz de aprender en cabeza ajena, de anticiparse a muchas situaciones, y de crear a su alrededor una diferenciación positiva, una corriente que influya en quienes le rodean, capacidad que lladró no pudo imbuir a sus figuras. Así que me quedo como humano, elijo, y además elijo manifestar una actitud proactiva, positiva y contagiosa, pese a no tener trabajo, ni estudios superiores, ni ingresos, problemas tenemos todos, sólo nos diferencia como nos enfrentamos a ellos…
Gracias por tu blog, lo descubrí hace poco y ya soy un «viciado» del zumo que preparas.
Korta.
Maria Luisa, felicidades por tan calurosa acogida que está teniendo tu programa.
Que un trabajo en el que te estás dejando la piel tenga tal recibimiento, te hace salir por la puerta más ancha que larga jeje.
Tienes toda la razón cuando dices que la vida es una aventura, que no podemos controlar todo aquello que nos gustaría (siempre mirando al exterior) y que lo único que podemos hacer es mirar hacia nuestro interior, porque está dentro de nosotros lo que sí podemos controlar. Me encanta y sobre todo porque es justo eso mismo lo que he hecho todo este verano (vaya paradoja 😉
Como dices, en un sólo instante se derrumba todo lo que estabamos construyendo hasta ese momento. Tras las pataletas, la nostalgia (el mirar hacia atrás) y el miedo (el mirar al futuro), comienza una nueva etapa en la que uno decide por sí mismo lo que quiere en su día a día. Visto y comprobado que cuando lo decides y cumples con lo que te dices, la seguridad, la creencia en uno mismo va en aumento hasta que finalmente te das cuenta que en un sólo instante llegas también a ser feliz.
Besos
Una seguidora,
Anouk
Que precioso comentario, Anouk.
Me encanta el párrafo de cierre, y me quito el sombrero por haber llegado a esta conclusión.
Espero que sigas avanzando y me sigas contando. Aquí te espero!
Un beso enorme.
Hola Maria Luisa,
soy la reina de los miedos y por eso soy conciente de lo valiente que soy. Mi mayor miedo es herir o decepcionar a los que quiero. También tengo miedo al rechazo y a encontrarme en la calle. Esto son sólo mis grandes miedos luego tengo los pequeños.
Lo sé. Esto de tener miedo a encontrarme en la calle, por ejemplo, es muy «heavy», pero yo he conocido gente de primera mano que se las han visto así y siempre me he dicho a mi misma que algún día podría ser yo. ¿Has visto en busca de la felicidad? ¿La escena en la que él esta en un baño con el niño diciendole que duerma y alguien está pegando patadas a la puerta del baño público mientras el la sujeta?. Eso existe en nuestro país y imaginarme así con mi hija algún día hace que literalmente me entre un ataque de ansiedad. Porque además miramos hacia otra parte. Estar en la miseria parece que es volverte invisible. Por eso cuando alguien me pide dinero, o lo que sea, sea quien sea, siempre le miro a los ojos y le sonrio. No son invisibles, no quiero que sean invisibles.
La vida es una aventura. Si. Me encanta que pasen cosas del tipo que sea. Si pudiera elegir preferiria que no me volvieran a apuntar con una pistola en una sucursal bancaria un soleado día de junio (siempre lo cuento esto genera mucho impacto jeje) y quisiera que se repitiera aquel momento en el que estuve recibiendo cartas de amor diariamente durante meses (esto también genera impacto jeje, luego me ven y se llevan el chasco). Pero es verdad, esto no se elige. Pero si eliges seguir con tu vida tan normal a pesar de la pistola y seguir entrando en la sucursal mientras le cuentas a tu vecina ¿Te puedes creer que hace tres años atracaron aquí y tuvieron que apuntarme a mi?. Eliges olvidarte del que escribia esas cartas tan bonitas cuando empieza a tratarte mal y comprendes que más vale sola (pero no de sus cartas esas las guardas unos cuantos años).
Tienes razón. Lo importante es que podemos tomar decisiones pero siempre tenemos miedo de perder oportunidades. Yo lo llamo el «porsi». Y sí, actualmente cerrarme puertas me da mucho yuyu, aunque no sé si es un miedo absurdo porque igual están ya todas cerradas.
Espero haber aportado algo valioso. Un abrazo
Mil gracias de todo corazón por esta aportación tan honesta, Delfina.
Un fuerte abrazo
Maria Luisa ENHORABUENA Y FELICIDADES y extensiva a las personas que te acompañan en este viaje, lo pongo en mayúsculas pues como dicen escribir en mayúsculas es gritar, pero en este caso es un grito de alegría para esta aventura.
En esta ocasión veré marchar el barco desde el muelle, pero como bien dices elegir es lo que tiene, yo también emprendo mi aventura, llena de muchos miedos, pero también con fé el que viaje que será largo traiga cosas buenas y también traerá malas, estas últimas las iremos venciendo y transformarlas en sonrisas por el reto conseguido.
Sigo tu blog y comentarios que ayudan, por lo menos a mí un montón.
Como dicen la gente del mar, espero que nuestras proas pronto se vuelvan a cruzar,ahora a navegar rumbo a felicidad.
Saludos
Jesús Mari
… y espero que me mantengas informada. Es decir: que no desaparezcas de aquí, porque tus comentarios infalibles a mis posts me llenan de energía y me ponen las pilas.
Vamos, que voy a pasar lista!!!!
Muchísima suerte, marinero!!!