Estás cometiendo uno de estos tres errores, pero ¿cuál?
Cuando hayas terminado de desahogarte por la frustración de no lograr ni una pugnetera entrevista –o no pasarlas-, y acabes de echar la culpa a todos los (introdúzcase el adjetivo de su elección) seleccionadores, al proceso, a las empresas, a tu mala suerte, al mercado et al, ha llegado el momento de ponerte a hacer algo al respecto – ha llegado el momento de solucionarlo.
Ah, ¿es que piensas que tú no puedes hacer nada, porque es culpa del mundo que no se da cuenta de todo lo que vales y lo majo que eres y cuánto lo mereces?
Si esto es lo que estás pensando, espero que tu excusa sea que llevas los últimos cinco años en coma, porque si no, te debería dar en salvesealaparte con la zapatilla por estar en la inopia ;).
¿Que las cosas están mal? Están mal.
¿Que a pesar de ello todos los días hay gente que consigue trabajo? A pesar de ello todos los días hay gente que consigue trabajo.
O sea que vamos a dejar de centrarnos en lo mal que está todo, y enfoquemos la energía en que tú tienes que ser uno de esos que consiguen trabajo. Te parece?
Pues si partimos de esta premisa, vamos a ver las cosas de otra manera: no es que el mercado esté contra ti o no quiera darse cuenta de lo que vales: es que tú no estás haciendo bien tu parte.
Es probable que en tu estrategia de búsqueda estés cometiendo alguno de estos errores de bulto:
1. Vas como pollo sin cabeza (es decir: sin saber hacia dónde).
No vas a conseguir que las cosas vayan como tú quieres… hasta que no tengas muy claro hacia dónde quieres que vayan.
Tienes que saber lo que quieres para conseguirlo!
Y te voy a explicar algo más: esto tiene dos partes:
Primera: la visión que tú tienes de tu carrera y de lo que quieres lograr a medio / largo plazo.
Puede que en los próximos cinco años quieras haber probado a ser comercial, a trabajar en temas de relaciones públicas y como técnico en un departamento de marketing. No problem.
Segunda: lo que le cuentas al mercado que quieres lograr en un plazo inmediato
Vale, tienes una visión que has decidido y planificado tú, pero cuando sales al mercado, dices que buscas un puesto de COMERCIAL.
Y cuando lo hayas conseguido y probado, luego cambias tu estrategia para conseguir un puesto como RRPP. Y cuando hayas acabado esa experiencia, entonces vuelves a cambiar la estrategia y buscas trabajo como técnico de Marketing.
No sales al mercado y dices: “Me dedico a comercial, RRPP y marketing”. Porque un seleccionador no va a necesitar a una persona que desempeñe los tres puestos y por tanto, se irá a buscar a quien tenga claro lo que quiere y le vaya a resolver la necesidad exacta que tiene.
Y no es que sea mala persona, es que tampoco es masoca y no se va a complicar la vida más de lo estrictamente necesario: si tú no dejas claro qué es lo que quieres y para qué vales, irá a buscar a la persona que sí lo haga. Normal.
¿Qué no tienes claro qué quieres hacer en tu carrera? Aquí tengo la respuesta: Encuentra tu Objetivo Profesional (pues sí, me vas a permitir que aproveche para incluir un link a un producto mío que resulta que sé por los resultados de las casi 100 personas que lo han hecho, que es una pasada).
2. Nadie te conoce.
O dicho de otra manera: no tienes marca.
Matizo: no existe la opción de no tener marca, todos tenemos marca. Pero:
Unos tienen la marca de la empresa para la que trabajan o han trabajado, y cuando quieres salir de allí o te invitan a hacerlo, te das cuenta que no eres más que una marca blanca de esa empresa, que eres invisible en tu sector. Y así, nadie te puede ayudar a conseguir el trabajo que quieres.
Otros, en cambio tienen la marca personal que se han preocupado por descubrir y comunicar a su mercado para ser conocidos, reconocidos y elegidos cuando llega la hora de cubrir un puesto.
Y te aseguro que esto no te lo puedes tomar a la ligera: si no te preocupas por identificar qué es lo que te hace relevante para tu sector y qué es lo que te diferencia de los demás y de manera proactiva te encargas de que esta información llegue a las personas que tienen la capacidad de contratarte, estás perdido.
Seguirás siendo un número más en el océano de candidatos que puede que sean los profesionales más impresionantes, pero son incapaces de comunicarlo para lograr las oportunidades que merecen.
De nuevo, si tienes problemas con esto, yo tengo la solución (meto cuña publicitaria de nuevo): Aprende a Venderte (nueve de cada diez dentistas lo recomiendan, por algo será ;).
3. No sabes contar historias.
Esto te resultará raro, pero debo decirte que he pasado una buena cantidad de tiempo revisando CVs –y haciendo entrevistas- y tragándome listas y listas de puestos y responsabilidades que ni me decían nada, ni me aportaban nada sobre el candidato y además me obligaban a tomar ingentes cantidades de café para no abrirme la cabeza contra la mesa del aburrimiento, y sé lo CLAVE que es esto.
A ver si lo entendemos: si un seleccionador está revisando CVs para un puesto de Director Comercial, te aseguro que sabe qué tareas hace un Director Comercial. Que tú le pongas en tu CV que eres “responsable de formar, dirigir y asignar objetivos al equipo de ventas, prospección de clientes potenciales, presentar y negociar ofertas”, francamente, es como si le escribes el Padrenuestro. Se lo sabe.
Y además, es exactamente lo mismo que le están contando los otros 1.026 candidatos que han mandado su CV. Porque las responsabilidades y las funciones son las mismas.
Entonces, ¿qué es lo que quiere que le cuentes el seleccionador? ¿qué es lo que realmente te hace interesante para él?
Lo que te hace interesante no es lo que debías hacer, sino lo que has logrado.
Cuando se te ha planteado un reto, cómo lo has vencido. Cuando te han puesto un objetivo, cómo lo has cumplido a pesar de las dificultades. O qué estrategia has seguido para conseguir algo que no han conseguido los demás.
Es decir: tus historias. Esto es lo realmente importante y lo que le interesa saber al seleccionador y hará que destaques por encima de los demás.
De nuevo, claro que yo tengo una solución para esto: Reescribir tu CV.
Ya he contado en más ocasiones que me parecen una aberración los procesos de selección actuales.
No puedo entender que sigamos conniviendo con un sistema que es enormemente ineficaz para ambas partes (tú no encuentras el trabajo que quieres, pero es que los seleccionadores se quejan de que no encuentran talento, agárrate los machos!), robótico, deshumanizado y que trata a los candidatos no como los profesionales con los que explorar la posibilidad de colaborar, sino como ganado a quien intimidar, a menudo avergonzar, hacer pasar por pruebas y preguntas innecesarias y finalmente, ni molestarse en dar un feedback, explicación o mínima respuesta.
Pero los candidatos tampoco estamos ayudando mientras sigamos con esta actitud de víctimas pasivas del sistema, limitándonos a mandar CVs por los portales de empleo como si fueran máquinas tragaperras que nos terminarán dando un premio.
Los candidatos debemos dejar nuestro papel pasivo-quejica y recuperar el papel de profesionales que tienen algo muy valioso que ofrecer al mercado.
Y debemos entender que no es obligación del mercado “descubrirnos”, sino que somos nosotros quienes debemos encargarnos de que nuestro mercado nos conozca y vea claramente cuál es nuestro valor añadido y por qué les interesa contratarnos.
Entonces, ¿qué plan tienes para que el 2016 sea por fin el año que logres el trabajo de tus sueños? Cuéntamelo en los comentarios!
Y como siempre,
El error que estoy cometiendo, involuntariamente, de esos tres, es que nadie me conoce.
El gran asunto mío es que quiero redirigir mi carrera profesional. Soy el chico «recalculando»…
Ya he dejado algunos CV’s en esta «nueva era» (es decir, en vistas de una nueva profesión), en la que pongo mis cualidades, cuáles serían las soluciones que le traería a mi empleador, etc., pero el tema es que yo soy bueno para cualquier cosa. Porque en gran medida, estoy buscando «»»cualquier cosa»»» diferente a la docencia.
Dentro de «»»cualquier cosa» entra todo menos trabajar en la caja registradora de cualquier comercio, trabajar en la vía pública (barrendero, recolector de residuos, subiendo y bajando del transporte público), o trabajar directamente con personas (por ejemplo, en la guardia de un hospital, o en algún lugar donde pueda coger una enfermedad contagiosa). Respeto enormemente a cualquier trabajador, pero esos empleos los descarto por poner en riesgo mi seguridad y mi salud. No quiero que me roben, que me agravien, que me den un disparo, o contraer tuberculosis. Es que la inseguridad (en sentido amplio) en Argentina es moneda corriente. Uno no está seguro en ningún lugar, no sólo por hechos delictivos o posibles enfermedades, sino que a alguien se le puede soltar la chabeta y pegarte una trompada, o herirte con un fierro, un vidrio. Así es como se vive en mi país……
Entonces, me gustaría un trabajo «normal», donde mi integridad no se vea vulnerada. Si tengo que trabajar 12 horas por día ganando la mitad de lo que la ley indica, pero el trabajo no me genera incomodidad, entonces acepto. La docencia se ha vuelto trabajo insalubre. Además, estoy 100% seguro de que no es el trabajo que quiero. Me ha llevado tiempo aceptarlo, pero es así.
Por lo tanto, soy bueno para muchas cosas siempre y cuando esté en un ambiente «saludable», y sé contar muy buenas historias, al margen de que en este mensaje me extendí más de lo que pensaba hacerlo.
El tema es que sólo mi familia me conoce, y ahora la gente a la que le he entregado mi CV. El cual, por supuesto, no posee ningún logro, porque esto es lo que ha sido mi trabajo los últimos 6 años: un completo fracaso.
Aún así estoy con mucha esperanza.
Felices fiestas para todos!!!
PD: Sin ofender, pero molestan mucho los círculos de colores en el costado izquierdo. Sería mejor colocarlos en otro lado. Gracias.
¿Te puedo localizar en Barcelona? Me interesaría hablar sobre Coaching.
Creo que el mio es que no se contar historias tienes un articulo donde des técnicas para mejorar este aspecto?
Aloha!
No me canso de aplaudir tus comentarios. Sigues dando en el clavo.
Gracias.
Como siempre, un artículo lleno de luz. Para mí es como una estrellita que me hace mirar hacia arriba, me centra y me llena de ideas. Un artículo lleno de sentido común, con dibujos de flechas que nos señalan hacia los temas donde nos tenemos que centrar y hacer codos. En mi caso, hay días que me desoriento. Que me desgano. Pero, con estos ‘toques de atención’ vuelvo a saber dónde estoy y hacia dónde quiero ir. Muchas gracias!! Lo que me estás haciendo pensar en mí y en mi futuro, MLuisa. Como dicen los British «priceless». Que, como diría Goyo Jiménez en sus monólogos: para lo de la Logse: No tiene precio! 😀
Hola María Luisa,
Me llama especialmente la atención la parte de «contar historias». Me parece una forma estupenda de destacar entre la mayoría, pero intuyo que debe ser complicado no pasarse, o al menos tener la seguridad de que se está en el punto justo entre no contar lo obvio y caer en lo demasiado personal.
Estoy segura de que tu programa explica exactamente dónde están los límites en un sentido y en otro.
Saludos!