No estás preparado. Asúmelo.

Dos conversaciones de la semana pasada y muchas horas de investigación y reflexión sobre mi negocio y mi aportación al mundo, me han hecho volver estos días recurrentemente a esta frase:

Hay que hacer las cosas ANTES de que sientas que estás preparado para hacerlas, o no las harás nunca.

Años ha, un tipo iba a volar a las Islas Vírgenes (cuenta que para ver a una moza ;)) pero su vuelo, el último del día,  fue cancelado. El tipo pensó algo así como “¡Ni de coña!”, y ni corto ni perezoso, alquiló un avión privado para que le llevara a su destino.

Pero resulta que no tenía el dinero para pagarlo, o sea que cogió un cartón y escribió:

“Virgin Airlines 29$”

y se acercó al grupo que, como él, se había quedado sin poder viajar hasta allí. Vendió todas las plazas del vuelo -a 29$ cada una- y con ello, pagó el alquiler del avión y llegó a su destino – los brazos de la moza ;).

El tipo que iba a ver a la moza era (Sir) Richard Branson.

No puedo hablar por los demás, pero yo no hubiera tenido los ** de reaccionar así. La mayoría hubiéramos:

a) Despotricado, nos habríamos cabreado, habríamos puesto una reclamación… luego una ducha fría y hasta el día siguiente.

b) Callado. Aceptado. Nos habríamos quedado un poco bloqueado, pero luego… ducha fría y hasta el día siguiente.

Pero (polémicas sobre sus negocios aparte) él es de esas personas que tienen otra forma de enfrentar la vida. Personas que no se quedan atascadas en una situación que no quieren. Que no se inflan a excusas para no cambiar una situación que no es la que quieren. Es de esas personas echadopalantistas que mueven el culo. Que cuando quieren algo, actúan para lograrlo.

Es una forma de vida: no esperar a que te den permiso, no esperar a que los planetas se alineen, no esperar a estar totalmente preparado o a tenerlo todo decidido para vivir plena y apasionadamente.

Y sabes qué? Creo que TODOS podemos ser de esas personas.  Todos podemos empezar ahora mismo a vivir plena y apasionadamente.

Porque si estás estancado en una situación que no es la que quieres, siempre tienes una salida.

No tienes que quedarte estancado en un trabajo que odias. Puedes encontrar uno mejor.

No tienes que quedarte estancado en una relación con alguien que saca lo peor de ti mismo. Puedes encontrar alguien mejor.

No tienes que quedarte estancado en un aeropuerto porque han cancelado tu vuelo. Puedes encontrar otra forma de llegar.

No tienes que quedarte tirado en el sofá comiendo patatas fritas. Puedes dejar de comprar patatas fritas y salir a hacer ejercicio.

Porque aunque no sea aún el momento perfecto, aunque no te sientas totalmente preparado, si no te pones en marcha YA, acabarás dejando pasar toda tu vida hasta que sólo puedas arrepentirte de todo lo que nunca le llegó su momento, de todas las ideas y los sueños que nunca se convirtieron en realidad porque mantuviste estancadas en tu cabeza.

Porque puedes decidir ahora mismo que nadie va a decidir tu destino por ti. Que nadie tiene las riendas de tu vida más que tú. Vivir a medio gas, acurrucarte en la zona de confort es una opción MALA. Que no sean otros – ni siquiera tus propias ideas limitantes (“Tú no sabes hacer eso” “No estás preparado” “Nadie alquila un avión privado sin dinero”) quienes decidan qué puedes hacer, dónde puedes llegar, o qué puedes alcanzar. Esas decisiones te pertenecen sólo a ti.

La realidad es que nunca estamos totalmente preparados para hacer nada importante, diferente o retador. Nunca lo sabemos todo, nunca es el momento perfecto, nunca recibimos la señal que esperamos.

La vida es tan corta que no nos da tiempo de ser los mejores, los más preparados o los mayores expertos en nada. Siempre habrá alguien con más experiencia, más elocuencia, que corra más o que sea más guapo. Y siempre podremos perder un kilo más, leer un libro más, pedir una opinión más, darle una  vuelta más, esperar mejor a que pase el verano, el siguiente trimestre o el año entero porque es par y pasa y encima, el año del caballo.

Estar totalmente preparado para cambiar algo que no es lo que quieres, para tomar una decisión, para probar algo nuevo, para retarte a ti mismo, para perseguir tus sueños… es como esperar a encontrar un unicornio. Es una utopía, un mito. Si necesitas que se alineen los planetas para sentirte seguro, vas a esperar muuucho tiempo.

Las inseguridades y las dudas siempre van a estar ahí. Pero hay algo en lo que debes confiar, por lo que siempre puedes apostar: por ti mismo. Lo que sabes ahora, lo que tienes ahora, lo que sientes ahora, es suficiente para decidirte. No esperes a que nadie te dé permiso: tú decides cuándo empiezas. Estás tan preparado AHORA como lo vas a estar nunca para comenzar a vivir plenamente, lanzarte a perseguir tus sueños y tener la vida que deseas.

Empieza AHORA. Dentro de un año lo agradecerás.

Aprovecha este momento. Y este. Y el siguiente, y el siguiente y el siguiente. Cada uno de estos pequeños momentos, cada pequeña acción que pongas en marcha te está acercando a ese sueño, está empezando a hacer realidad ese objetivo que todavía sólo vive en tu mente.

Por mi parte, estoy increíblemente agradecida por poder estar trabajando para alcanzar mis objetivos. ¿Y tú?

 

 

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