La fuerza más poderosa para dominar tu destino
«Hola. Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate a morir«
… es un fantástico ejemplo del tema que hablamos la semana pasada y retomamos hoy: de la importancia que tiene en tu vida decidir qué es lo que quieres lograr… y ENFOCARTE con constancia hasta lograrlo (y por cierto, una de mis pelis favoritas) (ok, tengo MUCHAS pelis favoritas, pero esta desde luego es de la que más veces he visto. Buenísima ;).
Retomo: quedé contigo que esta semana te daría TRES claves para reenfocarte de manera que avances hacia tus deseos y objetivos, no? Pues vamos allá:
En resumidas cuentas, lo que decimos es que:
Donde pones foco, donde centras tu atención es donde van tus emociones, tus pensamientos, tu energía. Por tanto si logras enfocar los momentos claves del día hacia aquello que es realmente importante para ti, a tus prioridades, lo que ocurrirá es que la calidad de tu vida, mejorará.
Es un concepto así de sencillo pero así de complicado a la vez, porque en el mundo que vivimos, todo está diseñado para llamar nuestra atención, para hacernos perder el foco. Los teléfonos que llevamos a todas partes con nosotros y que no nos atrevemos a apagar – o al menos, a apagar las notificaciones -, el email que da acceso directo, inmediato y prioritario a nuestro tiempo y atención…
Pregúntate: ¿cuánto de tu día te “secuestran” otros para poder avanzar en sus propios proyectos, en sus propias agendas? ¿qué supondría recuperar el control de, al menos, una parte de ese tiempo?
El foco es lo que conduce tu vida, por tanto debes recuperarlo y debes ser tú quien determina dónde dirigirlo. No es sólo un tema de productividad diaria, va mucho más allá: es para poder experimentar lo que quieres experimentar en la vida.
¿Y cómo puedo recuperar ese foco, esa atención que hasta el momento tengo dividida en mil pedazos?
Te voy a dar tres recomendaciones:
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PRIMERA: ¿PARA QUÉ TE LEVANTAS CADA DÍA?
Si hemos dicho que la razón por la que te interesa recuperar el “control remoto” de tu foco, es para poder lograr avanzar en la vida -poder cumplir con los objetivos, las metas que te has puesto-, para empezar, lo primero de todo, tienes que tener esos objetivos.
La mayoría de la gente se levanta por la mañana y dice: “Ea, a ver qué depara el día!”. Y como no sabe qué es lo que quiere lograr HOY, qué intención tiene para el día, qué es lo que debe lograr… se lía a hacer infinidad (demasiadas) cosas que en realidad no tienen nada que ver con su visión, con sus objetivos personales.
Pero si realmente quieres lograr algo en tu vida -si quieres introducir cambios, que las cosas mejoren-, debes entender que todo empieza por el principio: por tener el resultado, el objetivo final, claramente visualizado y decidido en nuestra mente.
Sólo cuando empiezas por decidir qué deseas lograr – qué resultado buscas -, podrás a partir de ahí averiguar qué pasos debes dar para llegar y así podrás reducir al mínimo el resto de cosas que no te van a llevar hasta allí.
De esta manera podrás tener una intención para tu día: ¿qué es lo que debes hacer hoy, obligatoriamente, que te permita acercarte un paso más al tipo de vida que quieres, al tipo de profesional y persona en el que te quieres convertir?
Cuando tienes claridad en tus objetivos, te planteas los pasos para llegar y logras focalizarte en ellos, te aseguro que será inevitable que vayas moviéndote hacia el resultado que buscas.
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SEGUNDA: APRENDE A DECIR NO
Cuando tienes claro cuál es tu objetivo, es mucho más fácil decir NO -cuando debas decirlo- hasta que hayas podido avanzar significativamente hasta tu objetivo.
Sé de sobra y sufro en carnes propias que eso es complicado, porque estás dividido entre ser súper majete, echar una mano a todo el mundo, que la gente vaya diciendo lo buena persona que eres –vitaminas para el ego ;)-…
… y por otra parte, la necesidad de ser asertivo, que es decir no cuando quieres decir no, que es un comportamiento al que no estamos acostumbrados, porque la mayoría sufrimos del síndrome de complacencia máxima.
Necesitamos ser percibidos como personas generosas y de gran corazón… necesitamos GUSTAR a todos.
Y esta es una mala combinación, porque te hace sentir que estar persiguiendo los deseos de tu corazón, por tanto, es malo, ya que te obliga a decirle “no” muchas veces a gente que se ha acostumbrado a abusar de tu tiempo, de tu generosidad, de tu atención y de tu FOCO.
Debes decidir tú cuál es tu prioridad, pero tienes que ser consciente que el coste de oportunidad que estás pagando al decir sí a todo, es el de permanecer estancado, el de no ser capaz de avanzar hacia lo que tú realmente deseas.
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TERCERA: DECIDE NO DECIDIR TANTO
Ya te explicaba en el artículo anterior que cuantas más decisiones tomamos en el día, más fatigamos nuestra mente. Tenemos un número limitado de decisiones que nuestra mente puede tomar antes de empezar a “rallarse”. Y tú pensarás: “¡pero si lo único que he decidido hoy ha sido si quería comer ensalada o patatas con el filete!” ja.
Sólo cada vez que abres Facebook, obligas a tu mente a tomar centenares de decisiones sobre a qué prestar atención y a qué no, para darte un ejemplo.
Por eso, una vez que has dado los dos primeros pasos, el tercero es: no tomes tantas decisiones al día.
Cuando tengas que abrir Google, Facebook, o el Wallapop, que sea porque está dentro del rato al día que le has asignado para hacerlo y además, hazlo de manera intencionada: busca lo que tengas que buscar, mira lo que tengas que mirar, y cierras. Seguro que muchas veces abriste Google para mirar una cosita… y te descubres a ti mismo una hora después, viendo el undécimo vídeo de gatitos adorables que alguien ha subido a Facebook..
Como dice el gran Tony Robbins:
El mayor poder que controla la calidad de tu vida – aquello que está en tu mano que tiene el poder de cambiarlo TODO, es el poder de DECIDIR
No podemos controlar las circunstancias, pero podemos decidir dónde ponemos el foco, podemos decidir qué hacemos.
Nuestras decisiones son lo que decide nuestro destino – puedes decidir cómo quieres que sea tu vida y a partir de ahí tomar acción. A partir de ahí decides dónde pones el foco: tu atención, tu energía, tus recursos.
Lo importante es que seas consciente de las decisiones que tomas y después, de dónde pones el foco – ¿lo pones en aquello que te está acercando a los resultados que quieres, o te dejamos distraer por cada objeto brillante que se pone delante, manteniéndote estancado en un sitio que no es realmente donde quieres estar?
Me encantará que me cuentes en los comentarios en qué caso te encuentras, y si tienes algún método para mantenerte enfocado, compártelo!
Me identifico mucho con éste artículo. Cojo el ordenador y se me pasa 5 o 6 horas y no me doy cuenta. Luego no hago nada en concreto y cuando lo apago me siento muy mal de haber perdido el tiempo. Quiero pretender buscar una solución a mis problemas en internet, pero cómo la causa es que no se a dónde ir, pues… no encuentro el camino.
Gracias ML por éstos artículos. Gracias por ayudarnos
Ay, lo entiendo, Isabel.
Tienes que empezar a ponerle límites (y sólo leer este blog 😉 😉 😉
Como yo soluciono esto, porque también tendía a *perderme* en la red durante horas, es que cuando me levanto, antes de abrir absolutamente nada – ni siquiera el email, decido cuál es mi objetivo del día – qué es lo que sí o sí tengo que hacer y lo hago lo primero de todo.
Y luego me pongo un timer (uso el de pomodoro) para darme 2 breaks de 20 minutos a lo largo de la mañana para revisar e investigar sin remordimiento de conciencia.
Espero que te sirva, ya me contarás.
Un abrazo!
Me siento plenamente identificada… en infinidad de ocasione s me he visto modificando o anulando mis planes para adaptarme a los de otros.
La consecuencia es que todos evolucionan menos yo. Sigo barada en la misma situación año tras año.
El principal problema es ese deseo, o mas bien necesidad, de agradar a todo el mundo pero cuando te haces consciente de cómo abusan de tu tiempo y del poco respeto que tienes por ti mismo/a decides empezar a poner límites. Ahí comienza el segundo problema: cómo decir NO de manera asertiva, sin que la otra persona se sienta abandonada o menospreciada. Cuando se trata de contactos a través de Whatsapp he decidido eliminar datos como mi última hora de conexión y la confirmación de lectura del mensaje, además de silenciar las notificaciones. De esta manera o no las escucho o si lo hago siempre puedo poner como excusa… «Vaya, lo siento, no he visto tu mensaje hasta ahora».
Otra cosa es cuando la petición se formula cara a cara…
Entiendo perfectamente: necesitamos gustar a todo el mundo y no defraudar a nadie.
La liberación viene cuando somos capaces de entender que ni es posible ni es sano y en el fondo, es un tema de ego – porque es imposible que todo lo que vaya a pensar o sentir absolutamente todo el mundo realmente nos importe tanto, lo que nos importa es no dañar nuestra autoestima.
Entender que no es ni nuestro problema ni nuestra obligación lo que los demás piensen de nosotros, es un paso fundamental. Igual que entender que incluso si alguien se cabrea contigo por algo que esperaba que hicieras y no has hecho de manera asertiva, ese cabreo se pasará y te respetará mucho más por ser capaz de poner tus propios límites.
Mucho ánimo!!!!
Lo malo es cuando no tienes o no sabes cual es tu obgetivo en la vida. Es lo que me pasa ami .
Pues no esperes ni un minuto más para averiguarlo.
Seguro que tu cuerpo te está mandando muchas pistas, lo que ocurre es que no sabes cómo leerlas o interpretarlas. Es lo que tienes que descifrar.
Ya me contarás. Ánimo y un abrazo!
Muy acertados los últimos artículos María Luisa. El foco, el foco… es tan complicado mantenerlo. Tenemos tantas distracciones a nuestro alcance que tan sólo falta que se nos cruce por el escritorio un pequeño elefante en bicicleta de vez en cuando…
Yo últimamente he tomado la costumbre de silenciar el móvil mientras me pongo con trabajo serio. Con internet aún tengo que ver cómo lo resuelvo :__)
Buenísima idea. Si es que en realidad son esos pequeños gestos que vamos convirtiendo en hábito los que nos permiten ir centrándonos cada vez más – no hay que buscar grandes hazañas sino que es perfecto ir poco a poco.
Si tienes más trucos, encantada de que me los cuentes.
Un abrazo súper grande, querida Encarni!!!
Me ha encantado Maria Luisa sin un objetivo en la vida, desde que te levantas hasta que te acuestas parece una un zombie yendo de un lado a otro sin ninguna claridad, a salto de mata, totalmente descentrado y agotado. Gracias de nuevo, espero tu siguiente artículo ¡como agua de mayo!
Alicia
A mi me pasa igual Alicia, me levanto a ver que me espera ese día y por la noche me acuesto que mañana será diferente, pero nada, me dejo llevar. No estoy enfocada en nada y en todo, una mosca que pasa me la quedo mirando como decía mi madre!!, y es que no tengo ninguna voluntad ni motivación ninguna.
Isabel
Uf, pues no puedes dejar que pase ni un día más.
Para empezar, debes cambiar lo que te dices a ti misma: si tú misma te estás repitiendo que «no tienes ninguna voluntad ni motivación», te aseguro que tu cabeza está programada para ser una profecía autocumplida y va a seguir tus instrucciones.
Creo que lo que ocurre es que no has encontrado aún lo que despierte tu motivación y tus ganas, por tanto tu trabajo ahora mismo es encontrarlo, y desde luego, empezar a cambiar tu conversación interna 😉
Ya me contarás, ánimo Isabel que yo sé que puedes!!!!!
Me alegro mucho, Alicia!!
Ya me contarás si has logrado centrar el foco y cómo lo has hecho 🙂
Un fuerte abrazo!