¿Podrías vivir de tu propio trabajo?
Hoy me apetece mucho hablar del segundo tema (siendo el primero, el desarrollo profesional, por si hay dudas 😉) del que más sé – o más bien, estoy aprendiendo a marchas forzadas -: emprender.
En un momento en el que mucha gente se desespera porque no logra el trabajo que quiere, veo que cada vez más a menudo la salida que toman es emprender.
No estoy hablando de hacer trabajos como freelance, de impartir formación o dar charlas. Estoy hablando de tener tus productos y/o servicios, y venderlos al mercado.
Hablo de montar una empresa de eventos, empresa de organización de bodas, de montarte como (coge aire) coach de desarrollo personal, coach de desarrollo profesional, coach de alto rendimiento personal, coach de madres emprendedoras, coach nutricional, coach de productividad personal, coach de liderazgo, coach de marca personal, coach de comunicación, coach de emprendedores, coach digital, coach de felicidad, coach educativo (y esto es sólo el principio), de diseñar apps, de montar un centro de yoga, de montar una consultoría de RRHH/captación de talento/retención de talento/desarrollo de talento/explosión del talento/estrategia de talento (la palabra comodín del siglo: talento), de montarte como consultor de marketing digital/social media/SEO/SEM/content curator/CM, diseñador web, de montar una startup de descuentos y cupones, de vender infoproductos, de montar una red de mujeres profesionales, una web que te saca tu CV en colores/en 3D/en vídeo/con música/con diagramas, un e-commerce, etc.
Y cualquiera puede emprender pero no cualquiera es capaz de lograr comodidad financiera emprendiendo.
Ocurre que, entre que estamos en el “Siglo de las Estrecheces Laborales”, que internet es un medio muy barato para montar tu chiringuito, y que todo el mundo suelta perlas como “haz de tu hobby tu trabajo” y “si trabajas en lo que amas, no trabajarás ni un día de tu vida” -y nos las vamos creyendo-, más y más gente está haciendo de lo que sabe, lo que le gusta o lo que se le da bien hacer, un negocio. Cada vez más gente se lanza a emprender.
Y no te voy a hablar de las cargas fiscales o impositivas. Lo que te voy a contar, porque nadie parece querer ponerle el cascabel al gato, es que la gran mayoría de esta gente no tiene lo que tiene que tener para ser emprendedor. Demonios, yo la primera! Y por eso me doy perfecta cuenta de la diferencia entre yo misma y quien es de verdad, en esencia, en su ADN, emprendedor.
El verdadero emprendedor
El verdadero emprendedor, que yo diría que no es más que un 20% de la gente que habitamos este ecosistema, es alguien que no es capaz de hacer otra cosa que no sea emprender.
Es alguien que realmente no encaja trabajando por cuenta ajena. Más que la idea concreta o el negocio concreto que desarrolla, es alguien que necesita desarrollar cosas, necesita dar soluciones a las necesidades que identifica – necesita montar negocios.
Es alguien que no habla de las caídas o los errores porque no son nada especial o diferenciador: son parte orgánica y natural del proceso de emprender.
Es alguien que está metido en esto en el largo plazo. No para que funcione este negocio concreto que están haciendo, porque cuando acabe este pasarán al siguiente, y al siguiente, y luego al siguiente. Su trabajo no es el negocio concreto, su trabajo es ser emprendedor.
Es alguien que, aunque está enfocadísimo en el resultado, básicamente lo que AMA es el proceso.
Son probablemente los únicos que tienen verdaderas posibilidades de hacerse millonarios con lo que hacen porque o lo lograrán o morirán con las botas puestas.
El no-emprendedor
En el otro espectro del ecosistema hay un 20% de gente que emprende más por desesperación que por otra cosa.
Que no le acaba de convencer, no se siente especialmente capacitado o motivado, pero se encuentra acorralado, nada más funciona, y siente que no tiene otra opción.
No voy a hablar aquí de los resultados que pueda o no conseguir, pero lo más seguro es que quien se encuentre en este grupo, a la más mínima oportunidad, va a abandonar este camino para volver a la “seguridad” (con muchííííííííííísimas comillas) de la empresa privada.
El que tiene tendencias emprendedoras
Luego hay gente que tiene tendencias emprendedoras. Entre estos me considero yo.
Emprender no lo llevamos en el ADN pero tenemos querencia, tenemos ideas que queremos desarrollar, tenemos el gusanillo de probarlo, nos atrae la libertad y el poder personal de tomar todas las decisiones (que por cierto, en su cara B tiene la canción «Y la presión de cargar con todas las culpas»).
Somos el grupo más abultado del ecosistema, puede que un 60% de los que lo habitamos. Las cifras son mi percepción, por si hay alguien muy tiqusmiquis, no están basadas en estadísticas oficiales. Y claro, en ese 60% hay muchas “sombras de gris” ;).
Como no contamos con la potencia, la habilidad y el adn que tiene el emprendedor de pura cepa, hay que compensarlo con otras muchas competencias y hay que desarrollar un pelaje parecido con el que cobijarse en invierno.
Y aquí empieza a moverse el barco: hay gente que logra sacar la tenacidad, la tozudez, la resiliencia, el aprendizaje constante, la falta de sueño, la falta de vida social, el equilibrio entre costes de oportunidad, y la garra para VENDER que esta aventura exige…
Y gente que no.
Fíjate que no te he dicho: “hay gente que tiene una mejor idea que otros”. La posibilidad de que tengas una idea de negocio genuinamente genial en sí misma es… bueno, cercana a cero.
Todo el que ha emprendido alguna vez sabe esta máxima: lo importante no es la idea, lo importante es el desarrollo y gestión de esa idea.
Aquí nos encontramos con todo tipo de profesionales: desde el que tiene una profesión o unos estudios, que como no logra “colocar” en ninguna empresa, trata de venderlos por su cuenta a los particulares, hasta el que tiene una idea de negocio y forma de conseguir algo de dinero para ponerla en marcha, pasando por el que tiene un amigo que está montando algo y “se sube al carro”, etc.
Caben todos los tipos y formas posibles -para muestra, la lista que he hecho al principio que sólo debe ser un 1% de lo que hay-.
Y de todos ellos, los que puedo predecir que tendrán más posibilidades de éxito son los que desde el primer momento, desde el minuto cero, tengan habilidad y meridianamente claro que el trabajo número uno de un emprendedor es VENDER.
Lo importante no es la idea, el producto o el servicio. Lo importante es que si no vendes, si no tienes resultados financieros sostenibles en el tiempo, no tienes un negocio: tienes un hobby.
Los que estamos en este grupo es muy probable que no nos vayamos a hacer millonarios, pero quien logre mirar hacia el largo plazo, quien realmente se comprometa y sea capaz de convertirse en el tipo de persona que puede tener éxito emprendiendo, es muy posible que logre hacerse con un salario decente para vivir mediana o realmente bien.
Y todos los demás, volverán a la empresa privada, o volverán a estudiar otra cosa, porque una de las cosas que distingue a los que están en este abultado grupo, es que no entienden los fracasos y los errores como los del primero: se lo toman como algo personal y normalmente se bloquean – porque cuando su servicio o su producto no ha funcionado, en realidad, no tienen otro alternativo, no tienen ideas o contenidos para iterar el proceso.
En resumidas cuentas, por mi experiencia y la que cuentan decenas y decenas de emprendedores a quienes sigo para aprender todo lo que necesito de su éxito y así lograrlo yo también, emprender supone:
Dejarte la piel
Literalmente. Pasas de trabajar 40 horas a la semana para otra persona, a trabajar 60 horas a la semana para muchas personas (tus clientes). Y si no lo estás haciendo así, una de dos: o no tienes la ambición de querer llegar a tener ÉXITO -muy respetable, y si así te está funcionando, ole por ti-, o te estás engañando.
Esto es probablemente lo que más puede marcar la diferencia entre emprendedores: la capacidad de trabajo, esfuerzo, perseverancia y sacrificio. Que nadie te engañe.
Y lo de «Si trabajas en lo que amas no trabajarás ni un día» es una falacia y además me fastidia sobremanera escucharlo. Yo trabajo en lo que amo, y os aseguro que ES trabajo. Diario.
En absolutamente todos los trabajos hay cosas que nos gustan más y nos gustan menos, y especialmente cuando estás emprendiendo, que tienes que ser hombre orquesta, va a haber MUCHAS cosas que no te gusten, no te apetezcan, no se te den bien o simplemente preferirías no tener que hacer. Y también, en mayor o menor medida, podrás hacer aquello que le da sentido a todo: lo que te hace feliz hacer. Pero será una parte. Puede que pequeña.
¿Que vas a estar más feliz y satisfecho que nunca? Con un poco de suerte, sí. Pero te aseguro que ES trabajo, es mucho trabajo, y se siente como trabajo.
Vender, vender, vender, vender
Si lo que te gusta es hacer cupcakes, no necesariamente te va a gustar montar un negocio de cupcakes, porque cuando tienes un negocio, tu trabajo es vender – hacer los cupcakes puedes hasta subcontratarlo ;).
Solemos tener la idea romántica de que con tener un buen producto, o un buen servicio, se va a vender solo – nada más lejos. Tendrás que hacer esfuerzos hercúleos para vender y además tendrás que hacerlo todos los días – porque no te vale con hacer un gran lanzamiento de tu producto, vender mucho…. y ya no más.
Además te voy a contar un secreto: a la gente no le gusta que le vendan. O sea que encima, vas a tener que aprender “los caminos del vendedor sibilino pero eficaz”. Get ready.
Tendrás que transformarte
No como los de la serie V, de persona a lagarto y viceversa, pero casi. Puedo apostar que lo que sabes ahora y las competencias que tienes en este momento, no son (todas) las que necesitas para tener éxito en tu negocio.
Puede que sepas que quieres usar internet para posicionarte y vender tus productos y servicios… pero lo único que tienes es tu cuenta de Facebook personal desde hace más de 10 años. Pues a aprender del mundo digital que te toca. Puede que no sepas nada de temas financieros – pues a aprender toca por mucho que subcontrates la contabilidad y pago de impuestos, porque eres tú quien debes saber en todo momento qué pasa con cada euro en tu empresa.
Puede que no sepas nada de marketing – pues empieza a aprender YA. El paso previo y necesario de la venta, es el marketing. Sin marketing, ni Perry va a conocerte a ti o tus productos, ergo no vas a hacer caja ni loco.
Y así sucesivamente. Emprender es embarcarse en el aprendizaje continuo, urgente, crudo y práctico.
Probablemente te aísles
Si eres el único emprendedor en tu entorno, las conversaciones sobre temas de trabajo empezarán por ser raras y pasarán a ser escasas.
Quien no ha emprendido no puede entender lo que hay detrás ni lo que implica. Te dirán que tienes mucha “suerte” de ser tu propio jefe. Te dirán que ahora tienes “libertad”.
Te sentirás incomprendido porque no ven el precio que pagas por esos preciados dones: la inseguridad de si facturarás este mes. La presión de que todo depende de ti. La angustia cuando llegan las vacaciones y todos se relajan y disfrutan, pero tú no puedes parar de pensar que bajas la producción, que bajas las ventas: que tu negocio retrocede con las vacaciones. Los impagos. Las campañas de marketing. La tecnología que falla. Las horas que le faltan al día. Las noches en vela.
No es este un artículo para disuadir a nadie de emprender, pero sí para dar una visión real de algunas cosas que hay detrás de la cortina porque me llega mucha gente muy rebotada de un intento de emprender o barajándolo como opción «in extremis«, o incluso pidiendo consejo porque después de dos años no han conseguido despegar, y quería aportar mi visión de esta realidad.
Y dicho todo esto, te diré que yo no lo cambiaría en este momento por nada en el mundo.
Si ahora tuviera que volver a trabajar por cuenta ajena porque desaparece internet en el mundo, estoy convencida que no volvería a encontrar la felicidad y satisfacción que la empresa que estoy levantando con el sudor de mi frente me está aportando.
Ah! y lo que NO PUEDES dejar de hacer si te estás planteando la idea, es leer dos libros OBLIGADOS sobre este tema – dos armas secretas que se guardan los emprendedores bajo el brazo que voy a compartir contigo (te pongo los links en los títulos):
El primero es de Michael Gerber y es absolutamente necesario leerlo antes de empezar ninguna acción emprendedora porque te va a evitar los mayores errores; se llama «The E-Myth: Why most small business don’t work and what to do about it» / en español: «La Empresa E-Myth: Cómo convertir una gran idea en un negocio próspero».
Es segundo lo escribieron los fundadores de una empresa de muchísimo éxito que se llama «37signals» y es una pasada cómo eliminan todo lo «no necesario» de montar un negocio y simplifican al máximo para ayudarte a centrarte en lo que realmente interesa y te va a generar dinero – se llama en inglés «ReWork: Change the way you work forever» y en español: «Reinicia: borra lo aprendido y piensa la empresa de otra forma».
No dudes en leerlos, ya me lo agradecerás!!!
Para todo lo demás… fuerza y valor
Un artículo bastante interesante a la vez que realista pero como dice el dicho, quien no arriesga no gana.
Desde luego es un paso muy complicado.
Ya cuando tienes hijos, la cosa se convierte casi en imposible, ya que queda poco margen de maniobra en cuanto a recibir unos ingresos mínimos mensuales.
Aunque la seguridad de una empresa te llame… vale la pena intentar vivir del trabajo propio.
Sin duda alguna, creo que fue uno de los pasos más importantes que dí en mi vida, y del que lo único de lo que me arrepiento es de no haberlo dado antes…..me refiero a abandonar mi trabajo (fijo) por dedicarme a lo que realmente quería hacer.
¿Pasarse cinco días de la semana deseando que llegue el finde y cuando éste llega pasarte el domingo amargado pensando en lo pronto que estaba aquí el lunes? Eso acabó quemándome.
¿Sabes que de los 30 días de vacaciones que suelen tener la mayoría de las personas «normales», los primeros 15 el cuerpo todavía no se ha acostumbrado a descansar y los 15 siguientes te los pasas con la ansiedad de que ya pronto se te acaba el chollo?
Vivir de su propio trabajo es posible….vivir de internet y de mi propio negocio en él…(mi caso) es posible y no hablo de emprendedores sin obligaciones que pueden ir de aquí para allá viajando por todos lados sin apenas «obligaciones» ni cargas, sino personas que en mi caso tienen familia (y numerosa..jaja).
Excelente artículo Maria Luisa…sin duda esta sociedad tiene que rediseñar lo que realmente significa trabajar y enseñárselo a nuestra descendencia para que así no condenemos a nuestros hijos a ser zombies en un mundo supuestamente libre.
Y por supuesto, las personas creer en que si crees en lo que quieres hacer, sin duda lo conseguirás…no importa lo que sea, pero no hay nada más importante en la vida que ser libre y eso no cuadra con tener un trabajo fijo.
Un saludo.
Como dice otro comentario, este post está para enmarcar ?.
Apenas estoy empezando con mi proyecto, pero tengo el ejemplo en casa de un gran emprendedor y he visto sus noches en vela y sus jornadas de 16-18 horas así que también suscribo todo lo que cuentas.
Mucho ánimo guerreros, espero algún día poder considerarme una con tendencias emprendedoras.
Qué bueno, Paola! una compañera guerrera!!!
Pues te deseo mucho éxito, copia todo lo que puedas de lo que le ha funcionado a él pero siempre adaptándolo a ti, y espero que me cuentes cómo te va.
Un abrazo enorme!!
Muchas gracias Maria Luisa!!! quiero contarte novedades.
un beso!
Sí!!!!! ya tengo las dos primeras partes. Deseando recibir la tercera!!!!
Un abrazo muy grande, amiga!!!
La verdad los comienzos son duros pero cuando te tiras a la piscina y trabajas, trabajas, trabajas, consigues lo que buscas y al final del día te sientes orgullosa de tu trabajo y de ti misma. yo antes de montar mi clínica dental me las ví difíciles pero no me achante.. dije ARRIBA!!! quería trabajar para mi misma, y oye aquí estoy. Muy buen post, me has encantado y llegado al alma
Fantástico, me encanta que compartas conmigo tu experiencia, y estoy totalmente de acuerdo que hay mucho que trabajar, hay mucho de lo que tirar – pero para quienes como tú y yo tenemos claro que esta es nuestra forma de vida, que esto es lo que queremos, que esta es nuestra forma de éxito, no hay más opción!!! 🙂
Como ya sabéis que me encanta referenciar en estos casos…
¡Espartanos! ¿cuál es vuestro oficio?
¡Aú! ¡Aú! ¡Aú!
😉
Un abrazo grande y te deseo muchos éxitos!!!!
Qué bueno todo lo que cuentas!
Una vez hice una especie de test para saber en cuál de los 4 tipos de trabajadores encajas, y a mí me dio «freelance».
En el inicio relatas mi situación, ya que si no me sale otro trabajo, le comenté a mi familia que podría ser emprendedor el año entrante. Así que avisé con tiempo, para poder organizarnos.
Y justo leo este post. Yo tengo tendencias emprendedoras. Tengo bien claro los desafíos de los emprendedores, y si bien uno puede estar en una situación económica particular, la verdad es que ser tu propio jefe y tener libertad es algo que anhelo (éstas bien entendidas).
Al respecto de la frase “Si trabajas en lo que amas no trabajarás ni un día” la considero totalmente cierta y no me fastidia, porque la intención de la misma es que si uno hace lo que ama, no deberá soportar todo lo malo que implica hacer algo que no quieres. Seguro lo sabes, pero a mí me pasa que hay días en que hago «cosas personales» (yo le llamo ‘trabajos’) con la computadora hasta altas horas de la madrugada, y me voy a dormir con una sonrisa, esperando mañana hacer lo mismo. Sí, estaré cansado y querré irme a dormir, pero no me importa, lo disfruto. Si me manejara así dentro de una organización, sería ideal, porque evitas la sequía estacional de tus ingresos. Y si no, me gustaría hacerlo igual.
Quisiera plantearte algo: ¿Has pensado qué hacer si Internet no existiera más (lo dudo) o si tu empresa ya no te generara ingresos? Porque sería algo muy injusto/doloroso volver a sufrir cuando has logrado el trabajo que querías.
Hola Martín,
La verdad es que no me paro a plantearte el «what if» que me preguntas, ya que no va a ocurrir. Prefiero contar con lo que sé, con lo que es seguro y partir siempre de mi visión, mis deseos y mis ganas de hacer las cosas lo mejor posible. Y esperar que mi paciencia y mi perseverancia será recompensada por la gente que me lee y me sigue 🙂
Mil gracias por compartir y comentar!!!!
Hola Mª Luísa!!
Artículo fantástico, cómo todos los que nos presentas, pero este me gustó en especial. Será porque yo soy de los que tengo ideas pero me falta el valor o el talento para dar el paso adelante.
Quizás algún día sea un emprendedor y desarrolle una idea. Gracias a ti y tus artículos estoy cambiando la manera de ver el mercado laboral.
Una vez más, gracias por abrir mi mente.
Mucha fuerza y valor.
Dudo que lo que te falte sea el talento, lo que suele ocurrir es que nos atenaza el miedo. El miedo a no saber si va a funcionar, si vamos a perder el tiempo, si vamos a saber hacerlo, si vamos a hacer el ridículo…
Mi recomendación siempre será que no quedes con las ideas dentro de la cabeza y la metas bajo la tierra – si uno quiere, tiene que buscar el ingenio para hacer las cosas de alguna manera. Tal vez no sea de la forma más tradicional, tal vez sea en menor escala, tal vez sea empezando de una forma no obvia… pero quien tiene dentro el fuego de querer emprender, acaba encontrando la forma de hacerlo porque no puede evitarlo!!
Espero que me sigas contando.
Te mando mucho ánimo y un fuerte abrazo!
Muy buen artículo, tiene consejos muy sabios y realistas, me encantó!
Yo pasé por las fases de aislamiento y transformación, y no sé cómo acabaré.
Lo comparto en mis redes, un saludo!
Te agradezco muchísimo que lo compartas y te mando mucha fuerza para seguir adelante!
Ya me contarás 🙂
Un abrazo, Jordi!
Muchas gracias excelente articulo que lo lleva a uno a salir de su zona de confort y a expandir la mente.
Me alegro muchísimo!!!!
Gracias a ti por tus palabras, Juan David 🙂
Un abrazo!!
Hola María Luisa!
Igual que Ángel estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices en el artículo.
El tener tu propia empresa supone también una serie de ventajas que a mí, personalmente, me compensan de largo los inconvenientes a los que tengo que hacer frente. Desde luego no lo cambiaría por nada del mundo.
Pero eso no significa que no este deseando que llegue el fin de semana o que cuando suena el despertador por la mañana no tenga ganas de estrellarlo contra la pared…
A mí me gusta mucho mi trabajo pero más me gustan las vacaciones ?
Un abrazo!!
jejejejeje…
Debo reconocer que, aunque a más de uno no le guste, soy bastante más radical con el tema: creo que si pasas los días sólo pensando en el fin de semana y los meses sólo pensando en las vacaciones, algo no va bien.
Durante demasiados años me *conformaba* con que mi tiempo fuera del trabajo fuera lo mejor posible para compensar lo mal que estaba durante las horas laborales, pero he tenido la enorme suerte y estoy agradecidísima de haber podido experimentar lo que es tener un trabajo en el que estás usando tus fortalezas y que encaja con tus valores y el impacto que quieres tener en el mundo – y debo decir que desde esta perspectiva que ahora tengo, no puedo evitar querer esto para todo el mundo y esperar que la gente esté dispuesta a hacer lo que haga falta para lograrlo.
Y me motiva más que nada en el mundo ayudar a todas las personas que tienen ganas de lograrlo!!!
Mil gracias por pasarte y compartir tu experiencia y tu visión.
Un abrazo enorme!!!!
Lo que está pasando es que estás escribiendo unos artículos que hay que enmarcarlos.
Fantástico de nuevo, y yo, que ya sabes que en esto de emprender también llevo un rato, suscribo punto por punto este artículo.
Si decides hablar de emprender un día de estos, me apunto. 🙂
Jajajaja!!!!! haremos algo en conjunto 😉
Un beso bien grande!!!