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Risky Business y el Emprendedor del S.XXI

Forges

 

Mi gran amigo -y pronto… muy pronto más que colaborador esporádico en mi ciber casa ;D-, José Ramón Villaverde (twitter @izaharadisen) nos deleita de nuevo con un mensaje claro, directo, lleno de luz, sobre las necesidades y los vaivenes de emprender.

Espero que lo disfrutéis tanto como yo las tres veces que lo he leído y editado :DDD.

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De vez en cuando di: ¡pero qué coño! ‘Pero qué coño’ te da libertad. La libertad tiene la oportunidad. La oportunidad hace tu futuro”.

Tom Cruise en la Película Risky Business

La verdad es que la película me pilló de niño. En aquel tiempo admiraba el estilo, los náuticos sobre calcetines blancos, las cazadoras con la marca de universidades americanas y por supuesto a Rebeca de Mornay, marcó época. Quizás lo peor de todo fue que en las carpetas de las chicas del cole aparecieran constantemente otros que no era yo. Hace poco he vuelto a ver la película y la verdad, buceando en su idea no puedo más que sonreír y verme un poco en su tesitura (no en la de parecerme a Tom, upss, pero si en el concepto o espíritu que quizás pretende).

Una de las grandes banderas de la cultura americana es el fomento del individualismo, del ‘inténtalo’ o del ‘fracaso’ como antesala del éxito. Se ve bien el intentar crear sean cual sean los resultados. En nuestra cultura somos más taimados y tendemos más a vivir amparados en la familia o en el estado de bienestar. En estos tiempos de crisis muchos nos lanzamos a crear por crear, y no definimos por qué queremos hacerlo. Tengamos un producto u otro, no pensamos en lo principal, es decir, preguntarnos «¿podré con ello?». Debemos hacer una especie de análisis DAFO de nosotros mismos  para hacer una previsión real de lo que puede pasar.

Debemos ser realistas. Independientemente del producto que Tom Cruise vende en la peli, lo importante es la mirada que hace sobre sí y sobre la capacitación que tiene para gestionarlo. Es fácil leer frases, a veces manidas y faltas de contenido, “crea e innova…” (quizás facilitadas por el propio estado, que se ve incapaz de generar empleo), luego llegas al banco y te dice “no”. Nadie entonces se hace cargo de tus sueños rotos. Tampoco nadie te dice que una vez constituida tu empresa, hay cientos de costos fijos: alquiler, seguridad social, etc…, nadie en definitiva te habla de las oscuridades cuando, seamos serios, el primer año de tu andadura, tendrás más probabilidad de andar en el menos que en el más.

Las 3 cosas que creo son esenciales a la hora de empezar son:

 

Optimismo

 

Lo que vende eres tú y punto. Si consigues tener la cabeza limpia, clara y soleada quizás tengas una oportunidad. Tu producto comenzará a venderse en base a la energía que desprendas y en base al control que tengas sobre él. Ten en cuenta que vas a tener días muy malos, donde no hay llamadas o un potencial cliente no llega a serlo.

Cuanta mejor gestión hagas de tu miedo al precipicio, cuanto más luches por tu idea y cuanto más la mantengas, más oportunidades tendrás. Pero nunca olvides que el mercado coloca y por lo tanto nunca controlarás el 100% de lo que suceda.

Esa gestión de inicio es vital, porque es posible que si todo sale bien estarás capacitado para una correcta gerencia del mismo. Por lo tanto es inversamente proporcional el cómo procedimentes tu cabeza al diseño del producto en sí.

Además debes pensar en asumir los errores que cometas en el inicio de la creación, quizás mas por exceso que por defecto, por hacer todo bien o agradar, deberás asumir que no todo sale bien. Tom no ve problemas sino soluciones. Y ve algo mejor, el futuro es ahora para que quizás más adelante y conseguida la consolidación pueda pensar en mañana.

 

Producto

No, no nos engañemos en buscar el nuevo producto que salve al mundo, ¿has pensado cuantos Gates se han quedado por el camino? Hace poco leí un estudio en el que sólo un 1,2% de la población mundial generaba una gran idea que modificaba el todo, por lo tanto el resto nos dedicamos a reconvertir o modificar las estructuras vigentes, y ahí es donde entra la innovación (el creador de FB se aprovecha de la red).

Tom gestiona de una manera particular, es obvio, pero simplemente lo que hace es conocer el producto, su mercado, el perfil de su posible cliente, la competencia y por supuesto mantener un perfecto estándar de calidad y servicio postventa. Cumplidos todos estos preceptos, el mercado justipreciará. Piensa además que ahora ya eres competencia para otros, piensa en el ejemplo de un bar cuando alguien coloca otro muy cerca. Es el mismo producto, sí, pero la innovación reside en la oferta que ofrezca, tipos de comida, decoración, limpieza, etc… el valor añadido al producto en sí, eso es innovar.

Equipo

 

Piensa que si andas vendiendo, ¿quién coge las llamadas?; si apuestas por quedarte, ¿quién sale a vender? Debes apostar por el equipo desde el inicio, porque el equipo será tu base de gestión y desde donde el cliente percibirá tu fuerza y energía, donde percibirá la realidad de tu producto: ese “valor” vende.

El equipo tiene a su vez un sujeto que nunca debemos olvidar: en los días nublados tu entorno debe apoyar tu idea y más en estos tiempos de crisis, donde lo normal es que muchos quizás no te entiendan o quizás simplemente pensando lo mejor para ti, creen que lo mejor es trabajar por cuenta ajena, sin pensar en que algunos nacimos espíritus libres. Por lo tanto debes “comunicar” desde el inicio los porqués, los cómos, los dónde, etc… ya que de la gestión de los predicados obtendrás tranquilidad, necesaria en momento de guerra.

Gestiona con optimismo y consigue motivación, como Tom.

Fuerza y valor!!!

 

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