Mi nuevo deporte: el resiliencing
Resiliencia: f. Psicol. Dícese del palabro repolludo que no parece contener nada interesante para los humanos de a pie pero que debería ser de entrega obligada por los Reyes Magos en enormes dosis.
Estos últimos meses he tenido que aprenderme bien la palabreja, y sobre todo, poner a prueba mi capacidad de ejercitarla. No sé si con mejores o peores resultados, pero igual que otros salen a correr por las mañanas, o a clase de pilates, o a hacer spinning… yo he tenido que apuntarme al “resiliencing”.
Es un deporte enormemente democrático, y lo que más nos puede gustar: gratis. A pesar de ello, no le deseo a nadie que tenga que ejercitarlo, aunque os aseguro que todos, antes o después, tendremos que sacarnos el carnet.
Una explicación directa y sencilla de la resiliencia es:
“Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”.
Parece mentira lo rápido que se lee y en cambio la cantidad de esfuerzo, superación, aguante y fortaleza emocional que requiere.
Muchos de vosotros ya os habréis sentido inmediatamente identificados. Quien más o quien menos ha vivido una situación límite, traumática, desestabilizadora que le ha puesto a prueba. Pues resulta que ese esfuerzo por no dejarse vencer, por mantener la esperanza, la autoestima, por superarnos a pesar de ello y hasta lograr salir fortalecidos, resulta que eso que muchos de vosotros habéis logrado o estáis en el proceso de lograr, es la resiliencia.
En una ocasión me preguntó Francisco Alcaide: “¿una lección que te ha enseñado la vida?” A lo que contesté: “Que independientemente de lo que te ocurra, es decisión tuya cómo permites que te afecte”.
Hablaba desde la experiencia: sólo cuatro meses antes había fallecido mi madre, después de una larga enfermedad que más fue un Vía Crucis; y unos cuantos años antes ya había perdido a mi padre. Dos momentos límite, desgarradores, traumáticos que pusieron mi vida *patasarriba* y fueron las más duras pruebas de mi capacidad de resiliencia.
Lo que no sabía es que muy poco después volvería a enfrentarme a ella cara a cara, sin ir más lejos, estas dos últimas semanas: el fallecimiento de Marie, mi suegra, la abuela que le quedaba a mi peque, unido – y coincidiendo en el tiempo – a una preocupante enfermedad de mi pitufa (de casi dos adorables añitos), ha vuelto a sacudirnos y a dejarnos con esa sensación de fragilidad e indefensión en la boca del estómago que no hay manera de digerir.
Y ahora toca volver a ser resilientes: toca limpiarse las lágrimas, levantar la cabeza y gritar que esto tampoco va a poder con nosotros. Resiliencia no es no sentir –se siente todo, se siente profundo, se siente oscuro, triste, e incluso culpable-, es a pesar y por encima de eso que sientes, decidir que no te va a limitar ni estropear el resto de tu vida. Es decidir seguir adelante, es decidir sacar algo bueno de tanto malo.
Y es que no somos conscientes de la potentísima capacidad de superación de adversidades que tenemos. Pero sobre todo no somos conscientes que es DECISIÓN de cada uno usarla o no; no podemos decidir lo que nos sucede pero sí la manera en que permitimos y aceptamos que nos afecte.
El tiempo no cura nada. Lo que cura es lo que haces en ese tiempo ~ Anónimo
¿Cómo?
Para empezar, no esperes a que te ocurra algo traumático para empezar a ser resiliente. Empieza practicando con las pequeñas cosas. Superando frustraciones, poniéndote objetivos, alcanzando metas, queriéndote.
Trabaja tu propia autoestima, por Dios, ¡quiérete! No puedes depender de que sean los demás quienes te digan que eres la caña. A lo mejor no están ahí el día que necesitas que te lo digan, o a lo mejor no se sienten con ganas de decírtelo en ese momento. La única persona que está ahí siempre para recordártelo eres tú. Dedícate un tiempecito a ti mismo, hombre, que si no, ¿cómo te vas a querer?
Por otra parte, tienes que tener un “big picture” delante. Tienes que tener un sueño mayor, un objetivo ilusionante en la vida que tú sólo puedas lograr. Siempre es importantísimo el apoyo de los demás, por supuesto, pero tiene que ser tu sueño, tiene que ser tu objetivo, lo que te va a realizar a ti, lo que te va a inundar de satisfacción sólo el hecho de estar en camino de lograrlo.
Y finalmente, hazte propósito de disfrutar de lo que tienes en este momento. Lamentarse de lo que no se tiene es malgastar el tiempo. Hay que trabajar para lograr lo que se desea pero en el camino, hay que disfrutar a tope, intensamente –unos días más y otros menos, lo sé, pero que el resultado final sean más días *más* que *menos*- sobre todo de la gente que tenemos alrededor.
Estamos demasiado preocupados por lo que pensarán de nosotros quienes no nos conocen, por quedar bien con la gente de la oficina, y que hablen bien de nosotros y les parezcamos súper guay… cuando con quienes tenemos que quedar siempre mejor, a quienes les tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos es en realidad a quien nos quiere y nos aprecia… ¿acaso no son quienes realmente merecen llevarse la guinda del pastel?
No sé, no pretendo dar fórmulas, porque realmente no existen, sólo quiero compartir cómo se ven las cosas “desde mi margen del río”. Pero hay otra cosa que estoy aprendiendo en este proceso: no podemos pretender que las cosas vuelvan al mismo sitio después de haber pasado por una gran prueba en la vida. Todo está relacionado y se influye, y un proceso así nos afecta, nos cambia, nos puede incluso transformar, por tanto no volveremos a ser los mismos.
Pero debemos saber que nosotros mismos somos capaces de que ese cambio no sea a peor. La tristeza, el pesar, la sensación de fragilidad puede seguir estando ahí, pero por encima de ello está en nosotros mismos la capacidad y la fuerza para salir adelante y salir reforzados.
Gracias a todos los que en estos días nos habéis demostrado vuestro cariño, apoyo y confianza en que saldremos de esta. SOIS LA CAÑA.
Con todo mi cariño: fuerza y valor!
P.D.: La pitufa está estupenda, por cierto, las peores expectativas han sido descartadas y no hay nada que temer. Gracias desde aquí a las ABUELAS que seguro que han estado velando por que así fuera, os queremos muchísimo.
Me gusta la energia con la que escribes y la manera que tienes de incentivar a la gente a tomar conciencia…
Me alegra que tu niña esté bien.
Alguna vez me dijeron que no hay experiencia tan mala que no te permita aprender algo de ella. Y eso es toda nuestra vida un proceso de aprendizaje, unas veces cuesta más que otra, pero aprender es lo que importa.
Palabras con mucha luz María. Mucho ánimo y adelante.
Muy buen post…y me encanta tu blog!
Sobre la resiliencia. Una buena manera de comprender qué es la resiliencia es reproducir las palabras de Tim Guénard, resiliente y autor del libro «Más fuerte que el odio»:
«El hombre es libre de alterar plenamente su destino, para lo mejor y lo peor».
«La resiliencia es un canto a la libertad, un no rotundo a todo tipo de determinismo».
Sigue con tu ilusión e ilusionando. Iré siguiéndote…
Comento con la única intención de volver a señalar mi satisfacción al leerte por tu capacidaz para exponer de forma sencilla, clara y, finalmente, eficaz. Es un placer leerte. Por cierto que tu blog está cada día más presente en las acciones de orientación y búsqueda de empleo que realizamos. Muchas gracias por todo lo que haces.
Espero que disfrutes de la superación de los problemas. Voy a RT con urgencia…
Fuerza, valor !!!
Pues si, hay q buscar esa fuerza motor que nos invita a luchar… te admiro por todo tu espirítu luchador y motor…
Me gusta mucho lo que has escrito del «big picture»
Un abrazo,
susana
Me he quedado un rato en blanco delante de este soberbio artículo porque no sé muy bien ni cómo describir lo que he leído, interpretado y asimilado.
Enhorabuena por la excelente disertación porque das unas claves perfectamente nítidas de cómo abordar y afrontar situaciones que en algún momento llegan.
Me he quedado con muchas de ellas en mi «chuleta particular» porque precisamente en este momento las necesito: A pesar de haber superado una pequeña prueba, no me satisface completamente lo que me rodea y no disfruto de la oportunidad de que dispongo (¿Inconformismo? ¿Perfeccionismo?).
Francamente, un texto para difundir largamente entre la red de conocidos.
Gracias.
Qué impresionante que estés pasando por un trance así y pienses en escribir un post con tu experiencia en función de que le sirva a quien pueda leerte. Que Dios te bendiga por emplear tu talento para dar lo mejor de ti misma, ya que a los que te leemos nos sirve de mucho. Me ha encantado la nota, yo hace un tiempo escribí un artículo sobre la resiliencia y me parece fascinante esa capacidad que podemos desarrollar las personas incluso de manera inconsciente, pero siempre es maravilloso que alguien te recuerde ese tipo de cosas….. le mando buena vibra a tu niña para que esté sanita y pueda jugar mucho, que es lo que toca a su edad. Un abrazo!
Mucha fuerza y ánimo con la pitufa!!
Sigues siendo muy grande y tus textos son prueba de ello.
Querida Maria,
Eres un ejemplo para muchos de nosotros. Toneladas de animo para ti y la peque y un abrazo enorme a las dos.
Santiago @molcru
Buenas tardes Maria Luisa,
Como siempre nos das una gran lección de como afrontar los duros golpes de la vida y no cabe duda que el optimismo, el valor y la fuerza son valores que hacen la Gran Diferencia y a tí no te falta ninguno. Con un gran abrazo de todo corazón, te envió muchos animos.
Ánimo!! podréis con todo y la pitufa, contagiada por vosotros, también. :)))))))
gracias maria Luisa:
después de tiempo leyéndote me animo a escribirte. Yo como tantos otros sé el verdadero significado de esa palabreja, pero estoy contigo, comparto tu punto de vista totalmente y esa actitud positiva ante ( que no frente) a la vida. Ánimo para afrontar las pérdidas duras de tus padres ( que todos tendremos que pasar por ello queramos o no es ley de vida), y me alegro leer en la última parte del post que la pitufa está bien.
un beso enorme
( te invito a pasarte por el blog de mi enano http://lucastieneblog.blogspot.com/, con esa actitud tan valiente serás bien recibida! )
Querida Mónica,
He quedado totalmente impactada por el blog de tu peque. Me cuesta hasta expresarlo, porque me ha desbordado el amor, ternura, fortaleza y humanidad que transmite.
Sólo me sale darte las gracias por tu valentía y naturalidad al abrirnos tu corazón y dejarnos compartir todos esos momentos decisivos, transformadores, íntimos, especiales. [Léelo con voz entrecortada, abrumada y emocionada, que es como me estoy sintiendo… ]
GRACIAS.
Eres un crack!!
No dejas de sorprenderme…me dejas sin palabras. Tu fortaleza y tu capacidad de salir adelante con una sonrisa son increibles y, desde luego, un ejemplo para todos. Cómo haces para transmitir tanta paz a pesar del dolor? Eres admirable, Mª Luisa, y me siento afortunada por haberte «recuperado».
Todo mi amor, mi apoyo y mi admiración.
Un beso enorme. Fuerza y valor!!
Me vuelvo a quitar el sombrero, siempre aportando, siempre motivando. Mil gracias, me ha encantado la frase de:
«no podemos pretender que las cosas vuelvan al mismo sitio después de haber pasado por una gran prueba en la vida. Todo está relacionado y se influye, y un proceso así nos afecta, nos cambia, nos puede incluso transformar, por tanto no volveremos a ser los mismos».
Ánimo y mucha fuerza.
Hola María!
Leo con fervor todos tus post. La verdad es que me encantan y me sirven un montón. A partir de ahora a practicar el resieliencing, de manera continuada aunque entiendo lo difícil que es, porque hay que aplicarlo cada día.
No suelo ser del fenómeno fan… pero me considero absolutamente fan de «zumo de empleo»….
Muchas gracias por tus grandes consejos!!! Y que todo vaya bien!
Sofia Fraga.
¡Hola María!
Siento sonar como una fan pero en parte es culpa tuya por ser tan buena en lo que haces: me encanta! Has sacado una vez más lo que llevas dentro con gran destreza. Es imposible no sentirse identificado con lo que cuentas en este post.
El punto de inflexión en todo este proceso que es la propia vida no puede ser otro que lo que has destacado al final: «no podemos pretender que las cosas vuelvan al mismo sitio después de haber pasado por una gran prueba en la vida.»
Mucha fuerza para ti también (aunque se ve a la legua que tienes de donde sacarla) y un abrazo grande!
Amelia
a pesar de todo lo que te esta ocurriendo veo que tienes muchisima fuerza y que tiras para adelante! me ha encantado el post y como ves las cosas, estoy totalmente de acuerdo e iré practicando día a día ese nuevo deporte que es el resiliencing!!!
mucho ánimo y muchos besines para ti y para la peque!!!
Yo me uno al resiliencing.
Ejemplos como el tuyo ayudan a reorganizar las prioridades diariamente y agradecer lo bueno de cada día.
Un abrazo enorme y sobre todo muchísimas gracias por compartir esta reflexión.
Creo que he leído y releído vuestros comentarios algo así como cinco veces. Me emociona vuestra generosidad, vuestro interés, vuestro apoyo… Yaunque es muy tentador pensar que todo es merecido, sería presuntuoso porque lo cierto es que no hay nada de especial en mí, sólo que lo que todos pasamos, sentimos, vivimos, sabemos o creemos saber… yo lo pongo por escrito.
Y me sigue resultando mágico que os guste, os sirva y os aporte a tantos. Ese es el motor de todo ese «tinglado» ;D.
Fuerza y valor!