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Los Humanos Recursos

Viñeta de Brot

 

Hoy os traigo una colaboración especial, de mi amigo y colega José Ramón Villaverde, creador de Izahara Diseño de Proyectos. Es la persona más dinámica, vital y apasionada del mundo de los RRHH con la que me he topado. Un crack :).

Le apetecía mucho compartir una historia sobre cómo se vive el mundo de los RRHH desde su lado de la barrera, el profesional del sector, y yo estoy encantada de incluirlo en mi blog. Espero que os guste! 

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La verdad es que me agrada especialmente poder escribir algo en el blog de “Zumita”, creo que es una de las blogueras más interesantes y divertidas en esto de la concepción del arte del trabajo entre humanos, sus relaciones, vidas, costumbres y amantes varios.

Este es un caso común en el departamento de RRHH de una empresa cualquiera; este es un perfil típico de alguien que como nosotros trabaja cada día en él.

Mister X o Misis X ha estado en ambos lados de la mesa dentro del mapa de los Recursos Humanos: empezó en una ETT hace 10 años -como muchos de nosotros-, y ahí aprendió que el trabajo de la ETT y su relación con lo humano a veces es una especie de venta de carne. Normalmente un cliente le llamaba a las 9 de la mañana pidiendo un reponedor, un almacenero o una persona para la cadena; en definitiva: un rubio/rubia con ojos azules que conociera ya la empresa de por sí y sus características, y él le mandaba un bizco/a calvo -lo que su cartilla de selección le mostrara en ese momento-, ya que es imposible hacer una selección perfecta para cubrir una necesidad “dentro de media hora”: es algo que las empresas deben tener en cuenta a la hora de desdeñar el trabajo de las ETT.

Lo importante de la ETT era la celeridad de cumplir con el pedido. A su vez, aprendió a rajatabla los costes de personal, costes de una oficina, y a desarrollar un instinto psicológico bestial para adecuar el perfil de la persona a las necesidades del cliente. Es verdad que es una entrada en la empresa y es verdad que una ETT es un medio perfecto para entrar en el mercado, ya que en la empresa el día a día inunda y quiebra los buenos propósitos de selecciones perfectas. Así que opiniones favorables o en su contra, es un medio más de acceso al mercado, por lo tanto, perfecto en estos tiempos de caos.

Después aterrizó y cumplió su sueño de pasar a trabajar en Gestión de Recursos Humanos, al otro lado de la mesa. En un despacho, con calor, estufita y mantón de Manila… ¡ole! La realidad del primer día le aboca a pasar de la mesa camilla idealizada al despacho lleno de carpetas, papeles sin destino aparente y mil objetivos que cumplir, sean de Prevención, sean de Formación, sean de Costes, sean de Calidad, sean de lo que sean. Al departamento de RRHH llega todo, muchas veces sin ton ni son.

Empezaba con un control de presencia a las 07:00 de la mañana: altas y bajas, trabajo por células en sistemas de trabajo importado del lejano Japón, Jidokas o Mudas, cosas o palabros complicados para él, pero consiguió adaptarse en segundos.

Se dió cuenta que trabajar al otro lado de la mesa era absolutamente distinto a lo que él pensaba, infinitamente opuesto, y pensó que vender RRHH es totalmente distinto a gestionarlos, por eso pensó lo poco profesional que a veces se hace la venta de RRHH en la empresa, ya que no se adaptan a lo que la empresa requiere: viven en mundos paralelos. La buena observación y conocimiento de la empresa es vital para un correcto diagnóstico de trabajo.

Ya instalado en el puesto empezó su día a día. Una vez, en temporada de esquí, vió que una persona que entraba en la planta sin aparente mal estar, de repente se puso a cojear. Llegó con el encargado solicitando la baja por esguince «producido al entrar en la planta» – pobre, fíjate tú, pensó-.

Eran las 8:00, acabó las altas/bajas (y sin un café aún) y se puso con el tema de las licencias retribuidas. Abrieron la puerta y con una tremenda sonrisa, llena de amabilidad, alguien le dijo que “como operaban a la tía de su mujer en Santander y dado el gran cariño que le tienen” (¿nos lo creemos?) “pues que si le corresponden dos días ya que el Pacto de Empresa dice que si son más de 200 kilómetros, son dos días”. Cogieron el “Repsol Carreteras”, vieron que la distancia eran 199 km… con lo cual un día menos. Se largó de la oficina con menos sonrisa de la que trajo.

En ese momento llega el jefe de producción y le dice: “¡Pero cómo es posible, me deja en cuadro la línea y además dos del comité están de horas sindicales!”. ¡Uf! tú que habías conseguido una pequeña victoria, la pierdes. Entonces su jefe le dice: “Mmm… oye, tenemos un problema: ha subido nuestro índice de absentismo dos décimas y además me dice el Jefe de Producción que no tenemos gente hoy en línea y recordarás que trabajamos en JIT” y él por dentro: «¿cómo le explico que hay tres enfermedades profesionales (los dichosos trastornos musculo-esqueléticos), otra baja por depresión, varios con licencia y otros varios de vacaciones?»

Ya son las 10:00 y sin un socorrido café… la cabeza a mil y encima sonriendo. Ahora empieza una divertida reunión con el comité sobre el nuevo pacto de empresa.

Entre tanto sabe que debe mirar de nuevo la política de PRL de la planta, porque ha visto a Fernando Alonso llevando una carretilla ;), en una de las puertas ve que hay destrozos con una de las palas, mira que las personas lleven gafas de protección donde hay que llevarlas y sale a la zona de embarque de mercancías donde le han dicho que ayer robaron tres palés. Las 11:00 ¡bien!

Le llama el médico de la Mutua y le dice que es probable que den la baja a la persona de antes, porque tiene esguince de grado 2. “Vale” piensa, “creo que debo presentarme al cuerpo de inspector de policía, en vez de trabajar en RRHH”.

Por otro lado, camina por la planta, el trabajo es rápido, veloz y constante y ve que cuando las cosas funcionan todo parece un mecano perfecto, todos en su lugar, todos en sus puestos, todo camina, entonces ¿qué es lo que falla? Instalados buzones de sugerencias, instalado un set de RRHH para que cada trabajador pueda ver su nómina en tiempo real, sus vacaciones o información corporativa… ¿qué falla?

Se coloca delante del ordenador pasadas las 13:00. “Debes actualizar el proceso de Auditoría Interna ya que en breve tendrás la auditoría de fin de semestre y sabes que te faltan papeles por completar a patadas, firmas que encontrar para rellenar tantos cuestionarios y aplicar el plan de Formación”. Habla con el Director de RRHH de la planta de al lado y como una terapia de alcohólicos anónimos le explica que este o el otro son la caña y que no sabes cómo reducir las bajas; a su vez el otro le cuenta que han cambiado de jefe de RRHH a nivel mundial, que ahora son una banderita en el mapa y que debe ir hacia congelaciones salariales o revisiones del pacto o gestionar otro tipo de política retributiva porque no da para más. Él piensa: “Sí, esto es cómo alcohólicos anónimos”.

Come a eso de las 13:30 y a eso de las 14:15 está de nuevo en el despacho. Tiene en mente algunos planes de equipos de mejora… uy, se le olvidaba: y la conciliación familiar -que es para todos menos para él, y claro llama a su familia en plan 10 frases rápidas-. Así que en fin, termina agotado, son las 15:00 y aún mil cosas por hacer.

Piensa que hay herramientas nuevas que se pueden aplicar, sabe que el coaching organizacional puede ser una buena herramienta para modificar comportamientos, que ciertos cambios en los sistemas de trabajo siempre conducen a mejoras… Pero es complicado innovar cuando lo único que se busca hoy es elevar los ratios productivos y aminorar los costes (de personal sobre todo: su departamento siempre será el mas caro) porque esos ratios son los que permiten a todos llegar a fin de mes.

Son las 16:00 y recibe a un comercial de éstos que, quizás rebotado de mil sitios, le ofrece hacer formación con ellos que “además es gratuita” (mentira, no existe la formación gratuita) y le regalan un jamón deshuesado. ¡Por Dios!, ¿por qué a los comerciales de RRHH no se les exige un mínimo de conocimiento? Los comerciales de producción o logística suelen ser ingenieros o gente que conoce mucho el tipo de máquina, pero ¿porqué a nosotros nos viene gente repescada de mil sitios, no se piensa que así devaluamos nuestro propio espacio profesional?

En fin, termina el sainete de reunión y termina su día. Sabe que por una buena gestión de su departamento la empresa se mueve más firme, que gracias a una buena aplicación de la cultura empresarial en el proceso de acogida habrá menos rotación y menos absentismo; sabe que un buen plan de comunicación interna agiliza los procesos y motiva al trabajador y sabe que su trabajo no es productivo ni valorado, pero es el mejor porque pocos en tan poco tiempo pueden hacer algo tan dinámico y divertido, capaz de dar ilusiones o esperanzas a muchos… y porque es su departamento, ¡el departamento de Recursos Humanos! 

 

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9 comentarios

  1. Leer el post ha sido como mirarme en un espejo. Me parece un artículo totalmente cercano a cualquiera que trabaje en RRHH y ver que otros están en la misma situación ayuda a seguir adelante. Al final será verdad eso de que tenemos cosas en común con alcohólicos anónimos 😉

    1. Jajaja! la diferencia fundamental es que en alcoholicos anónimos al menos están intentando desintoxicarse!!!
      Muchísimas gracias por pasarte y compartir, compañero del carbón y del metal ;D

  2. Hola María y José Ramón.
    Mientras leía vuestro post no podía evitar tener una sonrisa en mi rostro al identificarme con vuestra historia llena de realidades.
    Estamos habituados a leer en los blogs las grandes palabras que llenan el ámbito de la gestión de RRHH (conciliación, motivación, estrategia, etc.) pero no nos olvidemos que lo que contáis también es gestión de RRHH, de hecho es gestión de batalla, del día a día, a pie de campo, y de esa gestión, los que no han pasado por ahí no saben lo que es.

    Un abrazo a los dos

    1. Qué gran verdad!! Lo malo es la cantidad de veces que las grandes palabras se quedan escritas en las declaración de misión, visión y valores de la empresa -un must, por supuesto!- y la realidad es que no se ven reflejadas ni un ápice en el día a día de los empleados. Ay! Lo que queda por avanzar!!!
      Un verdadero placer verte por mi cibercasa y espero que nos sigamos leyendo, Nacho 🙂
      Un abrazo!

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