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Cuando administrar mucho tiempo es un problema

Viñeta de Erlich

 

De nuevo se asoma a mi cibercasa Dionisio Contreras (Trabajador y Educador Social, experto en Drogodependencias, formador de Inteligencia Emocional y Gestión por Competencias y Coach privado ¡entre otras cosas!), para aportar prácticas recomendaciones sobre cómo gestionar nuestros esfuerzos en el día a día de una situación de desempleo.

Seguro que lo encontraréis tan interesante como yo :).

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Uno de los aspectos que más se debe cuidar estando sin trabajo es la gestión del tiempo. Cuanto más tiempo creemos tener, por lo general, peor sabemos administrarlo.

A menudo, los horarios que tenemos al estar desempleados, influyen  -o pueden influir- negativamente en la consecución de nuestros objetivos. Pasamos más horas durmiendo, tendemos a dispersarnos más, y… “como ahora no tengo trabajo, ya lo haré luego”. Como es fácil imaginar, en este galimatías prosperan los problemas psicológicos, somnolencia constante, y a la postre, multitud de agobios.

Al iniciarse el día, todos partimos con el mismo capital: veinticuatro horas. Sin embargo a las pocas horas, ya hay ricos y pobres. Los desempleados ricos de tiempo son personas que ajustan sus responsabilidades (no tener trabajo no implica dejar de tener responsabilidades) al tiempo del que disponen, y así lo convierten en alegría y bienestar. Dedican tiempo a la búsqueda activa, tiempo al estudio o formación, tiempo al deporte, tiempo a la familia, tiempo para ellos mismos… Se quejan poco y pareciera que su día tiene treinta horas.

Por otro lado tenemos a los desempleados pobres de tiempo: malversadores que convierten su tiempo en pereza, dejadez, frustración, agobios y malhumor. Teniendo todo el tiempo del mundo, siempre llegan tarde a todo, y para más inri, corriendo. Su reloj biológico parece constantemente desajustado, y esto influye en su salud, en su vida laboral, familiar, social y en el modo de plantear su ocio. No dejan de quejarse, y a tenor de tanta queja, pareciera que su día tiene veinte horas. Parece que hacen pero no hacen.

~ Obsesionarse con la búsqueda de empleo y dedicarle más tiempo del que permite buscar con eficacia y tranquilidad, es contraproducente.

Es conveniente, racionalizar e imponerse una disciplina horaria, que poco a poco se pueda convertir en hábito, ya que una vez más, el mayor reto se encuentra en la propia persona y pasa por un cambio en los hábitos, en las costumbres, y en la adopción de nuevos estilos de vida.

~ Cuando ante una situación de desempleo enquistada, la mayor parte de las personas se rinden, ¿qué hace que algunos pocos se recuperen, y trabajen incansablemente hasta alcanzar el objetivo deseado?

Ante una situación persistente de paro, y en la que confluyen otros factores indeseables, o desafíos, retos y problemas asociados, es vital comprender que las creencias que tenemos acerca de nosotros mismas son claves para el control y la competencia personal frente a estos problemas, desafíos y decisiones. Un concepto que va más allá del de autoestima: ¿cuál es mi juicio sobre mis capacidades?, ¿qué expectativas tengo sobre mí mismo?.

Cuando las expectativas que tengo sobre mí mismo son nulas o débiles, se torna muy complicado perseguir mis objetivos. A mi juicio este es uno de los factores que más influyen en la gestión del tiempo, y es que cuando uno cree que no tiene nada que hacer, posterga todo y cae en la procrastinación, mientras que cuando uno piensa de sí mismo que tiene mucho que aportar, la motivación aumenta y la gestión del tiempo se optimiza.

Un ejemplo de autoeficacia, de no tirar la toalla, que es comúnmente citado para referirse a esta capacidad de aprender de las dificultades, de los errores y de los fracasos y consolidarse resolviéndolos, es el de Thomas Edison, quién intentó mil veces hacer una bombilla, sin embargo él, le declaró a un periodista:

No fallé 1,000 veces; la bombilla fue una invención con 1,000 pasos ~ T.A. Edison

Una cosa es común a los que persisten, es que creen que un esfuerzo tenaz, tarde o temprano, rendirá frutos.

Cuando la autoconfianza se derrumba, por acontecimientos duros, el intentar aprender de lo que nos toca vivir, y fortalecernos con ello, es quizá lo único que puede rehacer la creencia en la propia eficacia.

Yo coincido con lo que dijo María en un post anterior:

Greatness is not measured by what someone accomplishes, but by the opposition he or she has to overcome to reach his goals ~ D. Height.

(“La grandeza no se mide por lo que alguien haya logrado, sino por los obstáculos que ha tenido que superar para alcanzar sus metas”)

Fuerza y valor!!!

 

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22 comentarios

  1. Yo doy un consejo, manejen el tiempo, no dejen de atender a sus hijos a causa del trabajo, les recomiendo un libro, te ensenan a manejos los factores personales “Como hacer uso del tiempo y no morir en el intento”, excelente, lo recomiendo http://www.fidee.org/CursosVirtuales/

  2. Muy bueno… y sobre todo muy directo. Aunque me haya escocido!

    1. Es una situación muy dura y complicada; para muchos, la primera vez que se topan con los sinsabores de la vida, y nos ocurre que crecemos sin aprender las herramientas necesarias para superar los obstáculos, por eso luego es más dura la caída.
      Pero cuando uno es capaz de levantarse, no hay nada comparable.
      Gracias por pasarte y comentar!

  3. me siento muy identificada con este post, alguna vez me gustaría que los obstáculos no me dejasen moratones porque cuando parece que he llegado a la meta, me encuentro otra valla y tropiezo al saltarla o empiezo una nueva maratón.
    me parece que siempre soy yo la que estoy corriendo porque puedo dar más, tengo capacidad, afán de superación…
    espero encontrar mi podio antes de perder el entusiasmo.

    un saludo

    1. Pues sigue saltando vallas, porque tú serás la que llegues a la meta, tú serás la que subas al podio. Al final eso es la vida, pero es cierto que algunos tienen las vallas mucho más separadas, y otros más juntas. Pero es el camino lo que nos permite descubrirnos, demostrarnos a nosotros mismos de lo que somos capaces, luchar y merecer lo que deseamos.

      Suerte y ánimo: aquí estamos para acompañarte y darte tragos de agua fresquita por el camino. Un abrazo.

      1. tu blog y la gente que te sigue, habéis empezado con esa «agua fresquita» mucho antes de darme cuenta cuanto la necesitaba, muchas gracias por compartir vuestra experiencia y buen hacer, seguid así!
        un saludo y abrazo enorme.

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