¿Quieres emprender? Pues toma tres tazas

Erlich

 

Si llevas en este planeta al menos 5 años, habrás escuchado contar en 10 idiomas distintos las maravillas de emprender. “El futuro del país está en manos de los emprendedores”; “No hay nada como ser tu propio jefe, como tener libertad para elegir”.

Los grandes emprendedores logran un status de héroes en nuestra cultura. Vemos sus casos de éxito, los millones que facturan y lo carismáticos que se vuelven y queremos ser ellos. Queremos tener su éxito. 

Y parece tan sencillo! Porque, en el fondo, es gente como tú y como yo: un estudiante con una idea brillante, un ex-empleado harto de su jefe, unos amigos que se dieron cuenta que les gustaba hacer las cosas de una manera pero no había una solución en el mercado…  

Internet nos lo pone todo tan fácil, que parece que con abrir un blog, empezaremos a recibir clientes y a facturar en un pis-pas. 

Pensamos que sólo necesitamos una buena idea para lanzarnos al estrellato.

Yo soy emprendedora. Y un año de estos, no me importaría estar en esa lista de «héroes» 😉 . Adoro mi trabajo, no me imagino mi vida haciendo otra cosa que no sea poner mi granito de arena para mejorar la vida de las personas, me llena y me satisface como nunca hubiera pensado… 

PERO

Pero si te encuentras en la dicotomía entre lanzarte a emprender o seguir buscando tu trabajo ideal por cuenta ajena, deja que te diga lo que hay al otro lado de la moneda, en la cruz, para que no te lleves a engaño ni te crees unas expectativas incumplibles. 

Olvídate del cuento de hadas de emprender. Olvídate de lo fácil que parece en este momento gracias a la magia de internet:

Emprender es mucho, muchísimo más que tener una idea, una pasión o un enorme cabreo con el mundo corporativo, los de RRHH, o tu jefe.

Escribir lo que te voy a explicar ahora va a hacer que se me salten algunos puntos de heridas que tengo aún sin cicatrizar, porque lo que te cuento, que sepas que es en primera persona. Es mi camino y son mis aprendizajes -que sé que comparten muchísimos emprendedores-, por si te sirven:

VOY A TRABAJAR PARA MÍ MISMO

El concepto “trabajar para ti mismo” es una falacia. Al menos en el sentido en el que se refiere esa frase, entiéndeme – porque yo siempre digo que todos trabajamos para nosotros mismos, incluso cuando somos empleados.

Pero cuando alguien dice “quiero trabajar para mí mismo”, normalmente se refiere a que nadie le va a mandar, que nadie se va a aprovechar de su trabajo, ni va a  decidir lo que tiene que hacer y que todo lo que gane, se lo va a embolsar.

Y en ese sentido, SIEMPRE trabajas para otros.

Incluso si tienes un negocio unipersonal, trabajarás para tus clientes, para tus lectores, para tus colaboradores. Siempre vas a tener obligaciones, responsabilidades, proveedores a quienes pagar, impuestos que liquidar, demandas de los clientes que debes cumplir.

Es importante que no olvides esto, porque si ignoras al resto del mundo, nunca vas a generar dinero.

Lo que sí vas a conseguir es entender muchas de las decisiones empresariales que antes tanto criticabas.

Vas a entender la importancia de controlar cada céntimo que gastas. Vas a entender lo que cuesta contratar a alguien. La importancia de esa decisión, todo lo que estás apostando por esa persona. Y vas a entender lo que significa ser «el jefe». Ay, amigo, pasas a ser el malo de la película. Entenderás que necesitas rentabilizar el dinero que estás invirtiendo cada mes en esa persona, que te cuesta medio riñón pagar, y todo el buen rollo inicial se va por la ventana y empiezas a ser el enemigo.

Si te quejabas de lo que era tener un jefe, espérate a ver lo que significa convertirte en uno 

Es decir, que estarás más presionado. Has subido las apuestas. Cada euro tiene que salir de tu trabajo directo. Día que no trabajas, día que no generas euros. No subestimes el poder de la nómina a final de mes.

TENER LIBERTAD PARA HACER LO QUE DESEO, ES MÁGICO

Pensamos que trabajar por nuestra cuenta nos da la libertad creativa que deseamos. Que vamos, por fin, a dedicarnos a lo que nos apasiona.

Y es cierto hasta que llega el momento en que lo que a ti te apetece hacer, tiene que apetecerle a otro pagar por ello.

La magia desaparece cuando se empiezan a apilar las facturas.

Es como la diferencia entre ser el Chef y el dueño del restaurante. Si lo que te gusta es cocinar, entonces no seas el dueño del restaurante. Harás de todo menos cocinar.

Porque vendrán los agobios al no cumplir las previsiones de facturación. Entonces lo que quieres y amas hacer sale por la ventana, y lo que necesitas hacer para cobrar, se instala en el salón.

Porque cuando eres consciente de que todo lo que haces tiene consecuencias directas, que tirarte seis meses “creando” significa que todo ese tiempo no comes, entonces empezarás a aceptar trabajos que no te interesan para nada.

O a rebajar  tu creatividad porque tendrías que cobrar demasiado y los clientes se resisten a pagar más como gato panzarriba 

POR FIN NADIE ME MANDARÁ HACER TAREAS DE MIER** (y no acaba en “coles”)

Un emprendedor es un hombre orquesta. Lo normal es que empieces sin dinero o con el dinero bien justito, y no te dé para contratar a los especialistas para cada aspecto de tu negocio.

No sólo tienes que diseñar o crear los productos y servicios de tu empresa – que parece lo único e indispensable -, sino que tendrás que diseñar y montar la web, los botones, los menús, los links, los banners, logos -e incluso carrito de la compra con todo lo que implica-, meter contenido, descripciones de productos y servicios; contratar un hosting y desesperarte con los plugins y los optins; hacer anuncios en Facebook, twitter, google ads, SEO, SEM y spm; hacer las previsiones financieras, controlar los gastos, contactar con proveedores, negociar, definir los procesos internos, cadena de valor, comunicación con los clientes, hacer las facturas y controlar los cobros, llevar las redes sociales, contestar las consultas… y no te digo si vas a hacer vídeos: grabarlos, editarlos, montarlos, subirlos a la plataforma… en fin, la cantidad de tareas que hay que llevar en el día a día de tu empresa unipersonal es bestial.

Y te aseguro que tendrás que empezar por hacer la gran mayoría, tú mismo. Es decir, vas a hacer tareas de miér…coles exactamente igual, sólo que no te las mandará nadie: te las mandarás tú mismo.

Y esto tiene un gran peligro: tú que pensaste que con las mismas 40 horas que dedicabas a tu trabajo por cuenta ajena, montarías tu chiringuito, te das cuenta que en realidad lo que te haría falta es trabajar 40 horas al día para sacar todo el trabajo adelante y estar facturando a final de año, como esperabas. 

Ahí empiezas a cometer dos errores: el de desconectar de la gente y el de robarle horas al sueño.

Y entre unas cosas y otras, si no duermes, si no te tomas descansos, si no haces ejercicio ni comes como debes, empiezan los cambios de humor y los bloqueos. Los niveles de ansiedad y estrés suben

Nueve de cada diez dentistas recomiendan no mantener ese ritmo más de tres meses. 

SI MI PRODUCTO ES BUENO, LOS CLIENTES VENDRÁN

Aquí vienen las curvas. Permíteme que me explaye, porque esta es una buena.

Tienes tus productos, o servicios, que con toda la ilusión has diseñado, preparado, programado, etc.

Tienes una página web, y dentro tienes un blog; lo has llenado de optins, plugins, flyings y landings con mucho curring.

Tienes tu lista de correo, has abierto cuenta en Twitter, una fan page en Facebook… y hasta tienes seguidores (dígase fologuers) – de lo que presumes en las reuniones con tus amigos que no tienen ni pajolera idea de lo que haces ni de lo que hablas, pero a quien les sorprende y maravilla a la vez que haya 683 personas siguiendo lo que tuiteas.

Pero ay!, cuando llega el momento de que esa gente que con tanta fruición devora tus palabras, te abra el bolsillo…

oh-oh… surprise!

No lo hacen.

En ese momento te das cuenta de una dura verdad: los clientes no están haciendo cola en la puerta para comprarte cual día de inicio de rebajas en el Corte Inglés, que era como tú te lo habías imaginado.

Te das cuenta que eso de lo que siempre has huido, que te espanta hacer, que siempre dices que no sabes hacer… es, en realidad, la clave para que tu negocio funcione. Tienes que vender.

Y no sólo eso: si realmente quieres que te vaya bien, si estás dispuesto a vivir de tu negocio, a atraer clientes como la luz atrae a todos los bichillos que pululan por la casa y luego se quedan muertos dentro de la lámpara, las acciones de marketing y ventas deben ocupar al menos la mitad de tus esfuerzos (hay gurús del marketing que hablan de un 20% de creación y un 80% de marketing, por cierto. Yo te hago una rebaja.).

Es decir: todo lo que más te gustaba de tu trabajo, la creación, la libertad, el control… es un espejismo. 

This is business. Y el business es pragmático, es medición, es productividad, es llevar las cuentas, es hacer previsiones, es negociar, es que te toque hacer tareas ingratas pero necesarias; es sacrificio y es mantener la cabeza fría.  

Es darte cuenta que las ideas no son lo importante: lo importante es cómo las gestionas y cómo logras sacar dinero con ellas.

Believe me, todo esto lo he aprendido a golpe de vivirlo. Cada error que se podía cometer, lo he cometido. Pero no me he rendido.

La única opción que te queda cuando algo no sale bien es proponerte y comprometerte a que la próxima vez, saldrá.

Y pasas el duelo, te perdonas, y aprendes lo que tengas que aprender para cumplirlo.  

Porque en eso consiste la vida. Emprendedor o no, vas a cometer errores, vas a estar perdido, vas a dudar de ti mismo.

Pero cuando lo superas, cuando tiras para adelante, cuando aprendes lo que tienes que aprender para salir por el otro lado más fuerte, más sabio, con más ansias de lograrlo esta vez, es cuando te has ganado el derecho a estar en esa lista de gente que está en el camino del éxito.

Y si sabes que emprender es lo que te apetece, es lo que te pide el cuerpo, es lo que debes experimentar (no digo si estás preparado, porque eso no lo estamos nunca!); si sientes el fuego dentro, y sabes que cada fracaso, cada error, te va acercando a la lista del éxito, entonces:

BIENVENIDO!!!!! 

Vivirás a medio camino entre la Montaña Rusa, la Lanzadera y el Gusano Loco.

Pero tus errores serán sólo tuyos. Tus aciertos, orgullosamente tuyos.

Saborearás en directo el efecto que tiene tu trabajo en la sociedad. Alcanzarás la satisfacción con más facilidad. Verás cada día cómo creces, cómo aprendes, cómo algunas partes de ti que ni sabías que existieran, te dan las más hermosas sorpresas.

Yo, una vez que me he dado unas cuantas leches y que me he reconciliado con la idea de que emprender es vivir al borde del abismo… no lo cambiaría por nada del mundo. 

Fíjate que no hablo de capacidades. Que no hablo de tener un pelaje especial, un talante especial, o poderes sobrenaturales. Te aseguro que si yo he podido – que jamás he tenido el famoso *talante emprendedor*-, tú también puedes.

Pero siendo muy pragmático y poniendo las expectativas en su sitio.

Ahora te pregunto: ¿te ronda la idea de emprender? ¿Qué crees que necesitas aprender, reforzar o manejar para poder ponerte en marcha? o si has emprendido, ¿dónde has fallado y qué has aprendido? Espero que me lo cuentes en los comentarios 🙂 .

Publicaciones Similares

18 comentarios

  1. Me has dejado sin palabras.

    Porque siempre tuve trabajos horribles, y mi filosofía es ser independiente, crecer, equivocarme, crear, todo yo solo. Pero también me gustaría poder vivir dignamente, tener para comer y pagar las cuentas (no más que eso, en un principio), y sobretodo, estar en paz, y a mí me pasa que estar con la gente inadecuada no me brinda paz, sino todo lo contrario.

    Voy a poner un ejemplo muy tonto, pero para que veáis cómo he funcionado: durante unos 10 años he tenido una radio imaginaria, que con el tiempo se fue expandiendo y tuvo su canal de televisión, pero que después la vendí, porque empecé a trabajar de verdad. Claro, ustedes no saben cuál es mi nivel de locura, jajajaj

    Sí, una radio imaginaria. Tengo las carpetas guardadas con la programación que le inventaba, con las publicidades, los logos, etc. De hecho, inventaba los programas en mi mente mientras estaba en las clases de la secundaria, jajaja. Mientras escuchaba a los profesores, me ponía música e inventaba los relatos de los locutores. Sí, estoy absolutamente piantado, y creo que es la primera vez que lo cuento aquí.

    ¿A qué quiero llegar con esto? Que todo eso era «creación iluminada», sentía que me hacía crecer como persona, aunque fuese imaginario. Y todo lo que fui haciendo en la realidad en mis trabajos, fue una creatividad sombría, que no sirvió realmente a nadie, ni a mí, ni a mis alumnos, ni a mis directivos, etc., etc. Yo siento que nada tuvo valor, que todo fue hecho al divino botón, para entretenerse, para cobrar a final de mes, y vivir verano tras verano clavándome cuchillos hasta que empezara el próximo ciclo lectivo, y así… Y sin un ápice de alternativa, más que hacer otro camino lineal, que conduzca a estudiar y trabajar por cuenta ajena, pero en otro rubro (que se supone es mi vocación).

    Por eso digo, yo no sé si quiero emprender, pero honestamente no puedo seguir viviendo así. Y yo me di cuenta hace muchos años, pero no encuentro la salida.

    Yo sé que no soy una basura de persona, que no merezco terminar mis días ni en un psiquiátrico ni en un cementerio pero, ¿qué esperanza puedo tener?

    Gracias.

  2. Genial artículo María Luisa.

    Me siento 100% identificado.. acabo de lanzar una startup que se llama JobsTons y desde luego es mucho más fácil trabajar por cuenta ajena. Ahora trabajo 24 h al día 7 días a la semana, hago trabajos mucho más operativos y aburridos que en mi anterior trabajo, y encima … no gano nada de dinero!!!! Creo que hace mucha falta que no sólo se nos cuenten los beneficios de emprender sino también las enormes dificultades. Aun así estoy contento de haber emprendido, pero ojalá hubiera leído este artículo antes para prepararme!

    Gracias por los artículos tan geniales!

    Un saludo,
    Gonzalo

  3. ¡Hola! Amé tu artículo y llega a mi en un momento de mi vida donde estoy entre la espada y la pared. Estoy dispuesta a emprender, tengo la idea de negocio, el esqueleto de la web, apoyo etc pero me falta factor económico, me desanimo, no se por donde seguir y aunque tenga la idea, creo que aún me falta saber por donde comenzar y eso implica renunciar a mi actual empleo (del que estoy más que hastiada, pero por una de las razones que mencionas, ya no hago mi trabajo con la misma ilusión.
    He estado haciendo trabajitos por fuera, pero necesito tu consejo de como seguirias tu, sin tener mucha nocion de emprender y teniendo los pies sobre la tierra.
    Un abrazo desde República Dominicana.

  4. Carmen Devesa Fernández dice:

    Magnífico artículo, como siempre. Honesto, valiente y realista. Comparto la experiencia de María Luisa al 100%. Cuando dice que tienes que hacer de todo… es literalmente de todo, incluyendo limpiar la oficina, bajar a comprar el papel higiénico, e instalar unos estores opacos de IKEA porque el sol te está devorando los ojos. Todas esas tareas «improductivas» (ojo, imprescindibles) restan tiempo para vender y también para formarse, para profundizar en conocimientos o destrezas que debes adquirir si quieres cumplir las expectativas de los clientes, que por cierto son siempre cambiantes y normalmente crecientes. Porque ningún trabajo es igual al anterior. Y piensas «bueno, en este proyecto meto más carga de trabajo para que me quede un informe estupendo que guste al cliente y me contrate más servicios; y ya ganaré con el próximo». Y el próximo no llega porque alguien se lo ha ofrecido con una baja del 45%, que sorprendentemente no se considera una temeridad.
    Pero cuando te llama alguien y te dice «te llamo porque me ha dado tu referencia fulanito», o un colega de profesión te comenta «sé quién eres, me han hablado muy bien de ti», o una empresa de la competencia te llama para ir en UTE a una licitación porque sabe que eres una profesional seria… Entonces te hinchas como un pavo, te pones contenta para un mes… y ya ganarás con el próximo trabajo.

  5. !Enhorabuena por el post¡
    ¡Qué gran verdad! Lo ratifico al 100 %.
    Lo triste no es sólo que mucha gente se lanza a emprender porque creen que es fácil y además ahora está de moda y nos lo venden por todos los sitios, sino que además las personas que te rodean muchas no entienden porque te quejas si eres afortunado !porque eres tu propio jefe¡

    !Gracias de verdad¡
    Un saludo.

  6. MUCHAS GRACIAS

    Poca gente relata en primera persona las supuestas «bondades» de ser tu propio jefe, de emprender, esa palabra tan bonita que sólo le ha ido bien a ese «emprendedor» tan simpático que es Bárcenas. Ojalá hubiera más gente como tú que no «vende la moto» de lo bonito que es todo, lleno de unicornios por todos los lados.

    Eres muy GRANDE!!

  7. Magnífico retrato realista de la durísima e incierta tarea de emprender.
    Hace mucha falta que la gente sepa los riesgos de emprender.
    Como muy bien dices, es muy bonito emprender, pero hay que hacerlo con sensatez y prudencia.

    Se está engañando a mucha gente con los cantos de sirena del emprendimiento.

    Da gusto leerte siempre.
    ENHORABUENA

    Saludos

  8. Muy buenos días, María Luisa

    No puedo hacer otra cosa que aplaudirte, de todo corazón. Son muchos los que están vendiendo hoy en día la idea del emprendimiento como salida a la crisis, y son muchos los que están mordiendo el anzuelo lanzándose a estos temas pensando que, de un día para otro, lograrán entrar en una ronda de financiación, conseguir cientos de miles de euros y montar la próxima Whatsapp.

    Y lamentablemente, poco se dice de todo el esfuerzo, trabajo, dedicación, llantos, sudores, pavores, temores, alegrías, tristezas, desvelos, crisis nerviosas, que hay detrás de cada uno de estos proyectos maravillosos que vemos en Internet.

    Hace tiempo, en mi blog, escribí algo que creo complementa tu artículo de hoy. Aquí se lo dejo a tu gente, por si les interesa.

    ¡Besos y felicitaciones nuevamente!

    Vendiendo Humo: Acerca Del Mito Del Éxito Inmediato

  9. “Y si sabes que emprender es lo que te apetece, es lo que te pide el cuerpo, es lo que debes experimentar (no digo si estás preparado, porque eso no lo estamos nunca!); si sientes el fuego dentro, y sabes que cada fracaso, cada error, te va acercando a la lista del éxito, entonces…”
    Sólo tienes que mantener esa ilusión, esa actitud, esas ganas de hacer, tener claro que el camino puede ser largo o corto, que los objetivos pueden ir cambiando, que puedes ir avanzando sólo o acompañado, que tu meta es avanzar y desde luego… que tu EMPRENDIMIENTO siempre va buscar una salida profesional que encaja con tu perfil laboral con el que, desde luego pretendes buscar rentabilidad y autorrealización.
    Muy bueno el artículo.
    Un saludo

  10. Hola María Luisa;
    He leído con calma el post porque estoy «emprendiendo» en estos momentos. Es muy esclarecedor lo que cuentas, desmotivante por momentos… pero sobretodo con conocimiento de causa… realmente útil para los que empezamos.

    Me llegó especialmente lo de «yo lo hago todo» porque me veo reflejada…con ilusión, esfuerzo y muchas ganas me encuentro que debo hacer mil cosas a lo largo del día y todas diferentes…
    Por otra parte no lo veo tanto como un negocio sino como una oportunidad «laboral» que como profesional debo intentar, no a lo loco sino con cabeza…sabiendo a quién va dirigido , saber quiénes son mis posibles demandantes y como no, ir a verlos y visitarlos… «en persona» siempre es más efectivo.

    ¡¡gracias por tus post¡¡ te sigo desde hace tiempo y no me defraudas¡¡

  11. Gran Jefa «Zumo de Empleo» hablar con lengua de verdad y no ser víbora zalamera como tantos predicadores del emprendizaje. Así lo diría un apache que no quiere hacer el «indio» en su aventura.
    Yo emprendí en su día y fracasé (intentando aprender de ese bache) por dos razones básicas:
    Creer que criticar los errores del jefe que provocó que nos fuéramos unos cuantos a montar nuestra aventura era una garantía más que suficiente para que «los otros» (nuestros futuros clientes) se rindieran ante nuestro brillante producto…y no es así. No basta saber lo que tú no quieres, hay que conocer aceptablemente bien lo que los futuros clientes querrán y lo que tú les ofrecerás.
    Y la segunda razón fue soñar que los socios compartíamos todos un sueño, una aventura, un «El Dorado» común. Si tienes socios, debes -hasta donde puedas- conocer muy bien las expectativas explícitas – y algunas de las implícitas- que todos tienen en ese proyecto. Porque cuando las cosas se tuercen (y se tuercen por ley natural), el bichito de la discordia se reactiva y puede dar al traste con el proyecto más adictivo.
    Un profesor de Emprendizaje de mi Escuela de Negocios (¿pero es que esto se puede enseñar?) hablaba del triángulo de las Bermudas que succiona al 90% de los proyectos emprendedores. Yo creo que el porcentaje es aún mayor.
    Enhorabuena por el post. Mis mejores deseos a los que iniciáis la construcción de vuestros sueños…siempre por cuenta propia para ajenos, con nómina o sin ella.

  12. ¡¡¡Clap, clap, clap!!!… ¡Te has salido de la tabla!. Cómo dice Henry, este post debería ser texto obligatorio en las escuelas de negocio.

    No sabes lo afortunado que me siento por permitirme tener el privilegio de aprender junto a ti. ¡GRACIAS!

    Besetes 😉

  13. Buenos días Maria Luisa,

    En respuesta a tu pregunta, en el momento de ahora no me ronda la idea de emprender. Sin embargo, he tenido una experiencia cercana al emprendimiento y para que entiendas eso de cercana, te explico.
    Tras varios intentos fallidos en mis oposiciones, a lo que se juntó un período de paro después de trabajar de mi propia profesión por cuenta ajena, se me dió la oportunidad de ‘montar mi propio negocio’ con la ayuda de un organismo público.
    Sinceramente, no me ilusionaba mucho la idea pero en aquel momento era la única salida que le veía a mi situación.
    Tras varios meses de preparación, de papeleos…llega el día en que te das de alta como autónoma y comienza la etapa en la que, tienes tu propio negocio!!! y ahora? qué hago?
    Resumiendo, económicamente no saqué nada y en aquel momento tampoco hice nada para que ‘el negocio’ se mantuviera a flote. Sin embargo, hoy te puedo decir qué saqué de esa experiencia:
    – el ser autónomo es muuuyyy duro y (yo creo) que nadie sabe lo que es ‘trabajar de autónomo’ hasta que no lo vive en primera persona. Hace falta muuucho más trabajo de lo que uno puede pensar: trabajar más de ocho o nueve horas y además llevarte trabajo a casa. Aprendizaje: tener muucha fuerza de voluntad para trabajar hasta el infinito y más allá.
    – trabajar para ti impica que tienes que moverte y mucho para que te ‘empiecen a conocer’ y a día de hoy, echar mano de redes sociales, blog…cosa de la que renegaba (error!)
    – y si esperas cobrar por todo ese trabajo anterior…echale paciencia porque ni puedes pretender empezar por ponerte un precio ‘alto’ ni tampoco ‘inmediato’
    -además, se suma algo que considero MUY IMPORTANTE: el apoyo de tu familia. Si está, te facilitará el camino y sino, la cosa se complica.
    Esto lo he observado sobre todo en compañeros que tienen su propio negocio.

    Ser emprendedor se convertiría en tu modo de vida, así que has de estar convencido de ello.

    Que tengas un buen día!

    Anouk

  14. ¡Hola, María Luisa

    Me parece un artículo buenísimo. Lo explicas muy bien.

  15. Muy buen artículo, por fin la verdad de lo que significa ser autónomo o entrepreneur si eres más sofisticado, como está de moda, ahora todos nos lanzamos a la piscina… Sin saber. Muchas gracias por tu experiencia, o lo que es lo mismo, sabiduría por el método de ensayo-error.

  16. TOTALMENTE de acuerdo en TODOOOOOO.
    Yo emprendí hace 4 años, con una idea genial, confiaba tanto en la herramienta, en el poder del coaching, de la pnl, de la inteligencia emocional, que pensaba que como era algo que todo el mundo necesitamos, todo el mundo me iba a comprar.
    Establecía que en un plazo de 6 meses, 1 año a lo sumo iba a empezar a ganar dinero y recuperar mi inversión.
    Han pasado 4 años, he cerrado la oficina, trabajo desde casa, colaboro con diferentes profesionales, en estos 4 años he aprendido mucho, de mi misma, de mis capacidades, de mis miedos, de mis temores y comparto con Maria Luisa un gran aprendizaje para mi:

    NO TENÍA NI IDEA DE LO QUE ERA EMPRENDER.
    Tenía una gran idea, muchas ilusiones y muchas ganas.
    Ahora emprender es mucho mucho más…

    Gracias Maria Luisa por pertenecer al mundo de l@s loc@s que a pesar de todo queremos seguir viviendo esta locura y compartiendo con otras personas nuestra experiencia.

    Gracias por dar luz, bajar la visión y los sueños a la tierra, para que se puedan hacer realidad.

  17. ¡Ole, ole y ole!

    Esta entrada o este post, para decirlo en moderno, debería ser texto obligatorio en los colegios, institutos o lo que corresponda.
    Sólo quedan dos cosas por hacer:
    1º Quitarse el sombrero y exclamar admiración.
    2º Expresar gratitud por el contenido y la forma.
    3º (Ya, es que el mundo es imperfecto) Guardarlo como favorito para releerlo asiduamente (o imprimirlo y ponerlo en la puerta de la habitación).

    ¡Que la fuerza te acompañe, maestro!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *