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La excusa más manoseada: me falta motivación

Erlich
Erlich

 

Yo trabajo en casa. Tengo mi estudio, con un ordenador estupendo y dos pantallas panorámicas que me hacen sentir muy cool. No soy de las que cambian de ubicación – de llevarme el portátil a un Starbucks, una librería o al baño… la verdad es que no.

Es decir: trabajo en la misma postura y en la misma casa donde luego como, duermo, me doy una ducha, y… hago mi vida familiar.

Y mucha gente (tampoco tantos, algunos) me pregunta: ¿cómo lo haces? ¿Cómo estando en casa tú sola no te distraes? ¿Cómo te mantienes motivada para trabajar todo el día?

Deja que te conteste a la gallega:

¿Cuántos días te has levantado súper motivado para hacer algo – el día que por fin decides que vas a sacar la ropa que no usas del armario, o el día que decides levantarte 15 minutos antes para hacer unos abdominales antes de desayunar, el día que decides salir de una vez a andar media hora, o el día que coges es libro que llevas siglos deseando leer… y has hecho lo que has decidido?

¿Muchos? – yo también.

Y luego, qué pasa? Dos semanas después, algo ha cambiado?

Vale, sacaste un par de bolsas de ropa para regalar del armario, hiciste abdominales unos días, leíste las 10 primeras páginas del libro. Pero dos semanas después, como un yo-yo, vuelves a estar en el punto en el que estabas.

La motivación te duró lo que suelen durar los propósitos de año nuevo:

gimnasio

Todo el mundo habla de estar motivado, de buscar la motivación – se nos llena la boca con la dichosa palabra. Pero la realidad, cuando estudias los casos de la gente que ha logrado hacer cambios sustanciales en su vida, que ha conseguido un objetivo que se marcó un buen día, es que no es sólo la motivación lo que hizo que lograran sus objetivos a largo plazo.

Porque la realidad, querido amigo Géminis, que tú y yo sabemos, es que alcanzar el objetivo que quieres, los cambios que necesitas, es una carrera de fondo.

Los objetivos se trabajan en el pugnetero largo plazo a fuerza de cambiar tus hábitos. Y sí, detrás de los hábitos está la motivación… pero no sólo la motivación.

La motivación no es simplemente «tener ganas» de hacer algo. No es una fuerza mágica que aparece caprichosamente de la nada.

La motivación depende del nivel de compromiso que tengas con tu objetivo, y es el motor a corto plazo para empujarte a generar hábitos a largo plazo.

Verás, todos los días tengo algún momento en el que no me apetece hacer lo que tengo que hacer. Y durante mucho tiempo, esa era la señal inequívoca de parar en seco el ritmo – brujulear por internet, paseo a la cocina, llamadita…

>>FFWD dos horas después: la tarea sin hacer, media despensa vacía, y hasta había devuelto la llamada de los comerciales de Jazztel y Ono, que los pobres llaman todos los días varias veces, a ver esta vez no es para venderme algo.

Conclusión: “mira, lo dejo para mañana, que estaré fresca y me molestará menos hacerlo”.

Básicamente, pensaba que *mañana* mágicamente tendría la motivación para hacer lo que tenía que hacer.

Pero llega el día siguiente, y lo normal es que esa motivación que necesito para hacer la tarea, no llega. Y la tarea se va quedando pendiente… hasta el día que está a punto de convertirse en una ciclogénesis explosiva.

[N. del A.: Nueve de cada diez dentistas recomiendan NO llevar a cabo esta técnica de procrastinación máxima].

Todo porque estaba esperando que me llegara la motivación necesaria para hacer lo que tenía que hacer.

Y fue cuando encontré aquello que realmente encajaba con mis fortalezas y lo que yo quería lograr en mi vida y me comprometí hasta el tuétano con lograrlo que encontré esa motivación que nunca antes había logrado mantener. 

Mientras lo que tengas entre manos sea algo que te «interesa», una «curiosidad temporal», es muy posible que tengas que tirar más de músculo que de motivación para avanzar por ese camino.

Cuando encuentres TU sueño, aquello que realmente deseas conseguir y con el que te comprometes, entonces funcionará la magia de la motivación con la que lograrás estirar tu capacidad, tu entrega y tu dedicación hasta donde ni te imaginabas capaz.

Pero ojo!: no esperes tener motivación espontánea continuada y eterna.

La motivación debes usarla como detonante para hacer CAMBIOS – que te asegurarán que avanzas consistentemente hacia tu camino y así, generarás más motivación.

Por ejemplo: el día que realmente decides que quieres cambiar tus hábitos de vida porque tu salud y tu bienestar físico son una absoluta prioridad para ti y te comprometes firme (y realmente) con ese objetivo, ese día tendrás la motivación que necesitas para ponerte en marcha. Durante los siguientes días, alternarás entre motivación y agujetas, pero seguirás adelante, porque estás totalmente decidido y comprometido para lograrlo.

Pero vendrán días duros, días que no te apetezca, días que quieres tirar la toalla, por eso debes usar esa motivación inicial para introducir los hábitos saludables que debes incorporar en el largo plazo para llegar donde quieres.

Así, cuando lleguen los días malos, el hábito será lo que tire de ti aunque ese día te flaquee la motivación.

Aprovecha esa gasolina para acostumbrar tu cuerpo, tu día, tu tiempo, tu rutina, a esa media hora de ejercicio diario (por ejemplo) que a partir de ahora necesitas hacer SIEMPRE.

La motivación no es como el polvo mágico de hadas que te permite volar – es encontrar el MOTIVO que te mueve para lograr algo – y hacer lo que tienes que hacer para alcanzarlo -para aprender a volar-, te apetezca o no te apetezca. 

Cuando te des cuenta que procrastinas como un campeón, que no logras mantener los compromisos contigo mismo… no pienses que es culpa de la falta motivación: es porque lo que te estás proponiendo lograr, por lo que estás trabajando… no es realmente lo que quieres o encaja contigo.

A ver: en TODOS los trabajos hay tareas que no te apetecen, no te gustan, no te sientes fluir… A mí me pasa TODO el rato – caray la de cosas que tengo que hacer a lo largo del día que me dan por… sarampión hacer. Pero cuento con algo más profundo que me mantiene la llama encendida.

Verás, creo que demasiada gente está perdida en el abismo de la falta de decisión, deliberación e intención sobre su vida y su destino. Son «inconscientes vitales». Es como si la mayor parte de su vida la vivieran deseando estar haciendo otra cosa, estar en otro sitio, o con otra gente.

Creo que esa motivación que se te escapa es la falta de establecer la intención de tu vida, de tu día a día, del tipo de persona que quieres ser, de lo que quieres lograr.

Sin una intención con la que comprometerte, que te inspire, que te mueva, que te empuje, que te exija resultados inevitables, siempre sentirás que te falta esa motivación que tanto ansías.

Lo que más te va a motivar SIEMPRE serán las decisiones tomadas con libertad sobre tu vida, tus deseos, tus ambiciones. Sea como sea que quieres sentirte en la vida, sea lo que sea que quieres conseguir, siéntete con el derecho y la libertad de desearlo.

La vitalidad, alegría, sentido y coraje que eso va a impregnar a lo que hagas, te aseguro que será como nada que has sentido antes.

Te lo cuenta una ex-combatiente 😉 .

 

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10 comentarios

  1. He leído 4 o 5 posts del tirón. Creo que me estoy volviendo adicta a tu blog.

  2. Hola Maria Luisa!

    Muchas gracias por tus artículos, hace un mes que estoy desempleada y ya me he devorado buena parte de ellos y reitero mi agradecimiento ya que en tu trabajo he encontrado muchas respuestas en estos momentos en los que camino por el limbo.
    Saludos!!

  3. ¡Interesante razonamiento María Luisa!
    Gracias por tus sabias palabras de alguien que ya ha pasado ello. ¡Esas son las buenas experiencias!
    En cuanto al artículo, los dos aspectos que más remarcas, motivación y compromiso, a mi me gusta mucho lo que siempre oigo (o leo) a Francisco Alcaide y Alfonso Alcántara al respecto.
    Me gusta mucho como Francisco define que compromiso es hacer lo que haga falta el tiempo que haga falta.
    De Alfonso hace ya años que aprendí que motivación no es tener ánimo sino tener motivos. De hecho, si a menudo no hiciésemos las cosas porque no estamos motivados, muchísimas ni las empezaríamos. Sin embargo, son muchas las veces que debemos empezar porque hay ese motivo para ello y ya la propia acción nos hará estar más motivados y animados.
    De nuevo, ¡gracias por tu experiencia!
    Un saludo

  4. Me ha gustado el post. Realmente el tema de la MOTIVACIÓN es apasionante, y, sin duda, una de las claves para salir adelante y conseguir nuestros objetivos. Por añadir algo, y me parece no haberlo leído en el post, es que por lo menos para mí, uno de los elementos para estar motivado, «enchufado» etc.., con los objetivos, es rodearte de gente entusiasta, alegre, que te «contagien» con sus logros, eso, por lo menos a mí me motiva y mucho. Me alegro cuando alguién consigue sus metas, me laegra ver feliz a las personas que después de tanto sacrificio consiguen lo que quieren…y, si encima, este tipo de personas forman parte de tu circulo de amistades mejor que mejor!!

  5. Que quieres que te diga MªLuisa como siempre genial, sobervia. Eres una gran profesional y una persona excelente por la entrega que demuestras en todo lo que haces. ¡Eso es lo que diferencia a las personas del resto¡ la entrega y el entusiasmo que transmites en todos tus post. Se nota que eres auténtica ¡eso¡es lo que yo echo en falta en la mayoría de los trabajos. La pasión que desprendes.

    Un saludo. 😉

  6. Hola Mª Luisa:

    Como bien dices «la motivación es encontrar el motivo que te mueve para lograr algo». Fue en una charla a los padres en la inauguración del curso del colegio de mi hijo donde escuché algo parecido. Decían que no se puede motivar a los hijos o a los alumnos sino que la motivación debe venir de ellos. Ese motivo que te mueve para lograr algo lo tienen que encontrar ellos.
    Está muy de moda decir que hay que ser un profesor que motive a sus alumnos o un padre que motive a sus hijos. Cuando lo que tienen que hacer es «venir motivados de casa». No sabes como esas palabras me han desestresado como padre y como profesor. Lo que hay que evitar es que tus acciones provoquen un desánimo en ellos. Algo que también tiene su aquel. ¡Dios que estrés!

  7. Buenas noches,
    Después de un día de poco parar en casa, ahora me permito responder mientras me tomo una infusión ^_^
    Estoy de acuerdo cuando haces referencia a los ‘inconscientes vitales’. En mi opinión, y hablo sobre todo de mi, al llegar a la edad adulta empezamos una vida que es resultado de la educación que hemos recibido mezclada con los conceptos sociales que nos hacen como más deseables a los demás. Hasta que llega el día en el que todos nos preguntamos ¿es esto lo que quiero realmente para mi?
    Si quieres un cambio, está claro que de primeras has de tener motivación, pero (hablando también desde mi experiencia), si no te COMPROMETES contigo mismo y si no tienes la fuerza de voluntad y la constancia (que son las que te llevarán a esos hábitos que a largo plazo te ayudarán a conseguir tus objetivos), al final te excusas diciendole a tu sueño: eso ‘no es para mi’.
    Es cierto que la cosa cambia cuando es uno mismo el que se sienta consigo mismo y se decide a responder a las preguntas:¿qué quiero?, ¿en qué tipo de persona me quiero convertir? ¿en qué quiero emplear mi tiempo? Decisiones que uno toma de forma ‘libre’ y que son las que te van a ayudar a sentirte mejor contigo mismo 😉

    Feliz día de viernes a todos!!!

  8. El artículo de hoy como de «anillo al dedo». Esta mañana he asistido a un taller de motivación con Ximo Salas, muy interesante por cierto. Y esta tarde leo tu post continuando con el tema y al hilo de lo visto por la mañana. Qué gran verdad y qué gran post!
    Enhorabuena Mª Luisa por tu blog (fresco, claro y lleno de optimismo!) y por los artículos que escribes!
    No dudes que lo comparto!

    1. Me ha gustado mucho tu artículo. Estoy totalmente de acuerdo en ello. Mucho sentido común.
      La cuestión es encontrar ese sueño y después materializarlo en un objetivo para adoptar acciones y conseguirlo con ilusión, interés, trabajo y motivación.

  9. Un gran post, como siempre. Todo lo que escribes es como una mina de oro.
    Tienes toda la razón en todo lo que has dicho. Mi granito de arena, que creo que puede aclarar aún más los dos problemas a los que nos enfrentamos a la hora de lograr nuestros objetivos:

    – Una motivación lo suficientemente fuerte para empujarnos: por ejemplo, muchas personas quieren adelgazar, y tal vez vayan al gimnasio los primeros días, pero la verdadera razón por la que dejan de ir es porque este objetivo no les importa lo suficiente como para asumir las consecuencias de alcanzarlo (dolor, agujetas, posibles lesiones, salir de casa cuando hace un frio que pela, renunciar a ver una serie que justo emiten cuando deberias estar en el gimnasio, o simplemente renunciar a ir de compras con una amiga en ese rato). No sé donde escuché una vez que una mujer le dijo una vez a un pianista famoso «Mataría por tocar el piano como tú» y el respondió «Eso no es verdad. Tu no estarías dispuesta a ensayar muchas horas a diario durante muchos años, que es lo que se necesita para lograr tocar el piano como yo».

    – El problema de convertir los cambios a corto plazo en hábitos a largo plazo: tal vez uno tenga una motivación muy fuerte pero la vergüenza que a veces produce exponerse a los demás o el miedo al fracaso también puede ser un gran freno para convertir los cambios a corto plazo en hábitos a largo plazo. Además, algunas personas consideran que lograr cambios pero no lograr mantenerlos como un hábito es un fracaso para ellos y no vuelven a intentarlo, a veces es importante volverse a levantar una y otra vez hasta conseguirlo. Para mí el fracaso no es intentarlo y no conseguirlo, fracasar es no volverlo a intentar.

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