No te creas todo lo que crees

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Wulffmorgenthaler

 

Esta mañana leía lo que uno de mis clientes contaba de ciertas creencias que le fueron inculcadas en su familia y que por mucho que sepa lógica e intelectualmente que no tienen sentido ni fundamento, siguen condicionando absolutamente su forma de ver el trabajo.

Esto no sería grave si no fuera porque le están impidiendo dedicarse a lo que realmente  siempre le ha apetecido, se le ha dado bien, y ha querido dedicarse. Pero no es capaz de superar esa creencia.

Cuentan que dos hombres, en un bar de Alaska, debatían sobre la existencia de Dios. Uno de ellos dijo: “Dios no existe y tengo la prueba. Hace dos semanas me pilló un alud y estuve a punto de morir. Pensé en probar si realmente Dios existía y comencé a rezar. Le dije que si me salvaba, creería en él para siempre”.

El otro contestó: “Y el hecho de que estás vivo es prueba de que existe!”.

A lo que el primero dijo: “No es verdad. Fueron unos esquimales quienes me encontraron y me salvaron, Dios no tuvo nada que ver”.

 

Tanto si quieres creer que Dios existe como si no, encontrarás razones para justificarlo

 

Si quieres creer que todo lo peor te pasa a ti, encontrarás razones para justificarlo.

Si quieres creer que eres demasiado mayor, que no hay oportunidades, que no eres capaz, que no puedes lograrlo, que en España no hay trabajo, que llevas demasiado tiempo en el paro, que sin una carrera no puedes tener éxito, que si no tienes un título y un máster no puedes lograr la vida que deseas, encontrarás razones para justificarlo.

Porque la realidad es que, aunque no nos demos cuenta, cada uno ELIGE sus creencias.

Y encima, la mayoría de tus creencias son de segunda o tercera mano, ni siquiera son originales tuyas: es lo que tus padres, amigos, hermanos, abuelos, tíos o la sociedad, ha decidido antes que tú y por ti, que es lo correcto creer.

Y tú, que eres majete, obedeces.

No eres sexy ni atractiva si no estás delgada. Si no tienes un trabajo serio y de alto nivel intelectual, serás la vergüenza de la familia. Tu hermana es la lista, tú eres la simpática. A partir de los 40 estás muerto para el mercado laboral. Si no empezaste a escribir antes de los 30, ya no puedes ser un escritor de éxito. Si no sacaste buenas notas y no tienes una carrera superior y un máster, no tienes posibilidades en el mercado. Lo único seguro es tener un contrato por cuenta ajena.

Todo lo que hoy crees, en algún momento has decidido que es lo que quieres creer, has decidido que es la VERDAD.

Y francamente, ni siquiera lo que estás viviendo en este momento en primera persona es la realidad ABSOLUTA: lo que estás es PERCIBIENDO la realidad a través de tus sentidos y FILTRÁNDOLA a través de tus interpretaciones.

Si no, que alguien me explique cómo es que dos personas vayan juntas al cine y cuando salen, parece que han visto películas diferentes.

Encima lo que vives HOY, con el paso del tiempo se va perdiendo en la memoria y vas “rellenando” los huecos con lo que crees que pasó. Vamos, que ni lo que tú dices que te ha pasado es totalmente cierto que te haya pasado.

Yo sé que ha habido dos guerras mundiales porque otras personas lo han contado, pero si no estuve allí para presenciarlo, puedo decidir pensar que no es verdad. Igual que muchos decidieron pensar que no habíamos llegado a la luna.

Por qué no voy a elegir las creencias que a mí me dé la gana elegir?

Resulta que esas creencias que guardas con tanto cariño, que te han llegado a través de tus padres, de amigos, otras te has creado por ti mismo, con las que filtras tu visión de la realidad y las decisiones que tomas, puede que sean fantásticas, pero también puede que te estén machacando la vida.

Puede que te estén limitando. Puede que te estén impidiendo ser libre. Puede que te tengan atado con unas cadenas invisibles que te impiden llegar hasta donde puedes y deseas llegar.

Y como te decía al principio, cuando se te mete en la cabeza que algo es cierto, se pone en marcha un proceso selectivo de pensamiento, de tal manera que tu mente irá buscando cual perro de presa, cualquier prueba, comportamiento, información que confirme lo que crees, e ignorará todo lo que pueda contradecir esa creencia. Déjame que te lo presente, se llama:

 

Sesgo de Confirmación

 

Cuando te vas a comprar un coche, verdad que parece que de pronto todo el mundo conduce ese coche? Cuando te quedas embarazada, parece que hay un boom de embarazos; cuando te levantas “con mal pie”, parece que todo lo malo te pasa a ti; cuando te enamoras, parece que todas las canciones son de amor y hablan de ti… (y cuando te deja, todas son de desamor).

Esto es porque tu mente está selectivamente buscando aquello que confirme tu creencia.

Hoy hay la misma cantidad y variedad de coches que ayer, pero tu mente hoy está fijando su atención en ESE coche concreto, e ignorando el resto de vehículos con los que te cruzas. Sesgo de Confirmación on the rocks

El problema aparece cuando tu creencia te está autosaboteando lograr algo que deseas. Cuando decides que no eres suficientemente atractivo, inteligente, deseable, divertido, valiente, seguro, decidido…

Lo que te lleva a creer esto, ni es demostrable ni es aplicable cuanto menos, en todos los casos. Lo que te propongo es: por qué no decides lo contrario?

Por qué no decides que ERES suficientemente inteligente, valiente, atractivo, seguro y empiezas a actuar de esta manera?

Si quieres ser una persona con seguridad,  simplemente actúa como lo haría una persona segura. Decide que vas a ser una persona segura.

Porque puedes DECIDIR qué creer para que te AYUDE a llegar donde deseas.

Porque en última instancia, lo que sea verdad o no, no es importante. Porque TODO depende de la INTERPRETACIÓN que le demos.

Sé que no es tan fácil como apretar un botón, pero sí es posible.

Tienes que ir siendo consciente de lo que crees – y la próxima vez que te encuentres en una situación en la que no te sientas seguro, para un segundo y piensa: “¿me ayuda en algo sentirme así?” y acto seguido, como si de una película se tratase, cambia tu papel y empieza a actuar como la versión SEGURA de ti mismo.

No me tienes que creer. Pruébalo.

Me encantaría que compartieras conmigo cuáles son esas creencias que sabes que tienes pero no te están haciendo bien. Y a lo mejor me animo a compartir algunas mías ;o).

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12 comentarios

  1. Maria Luisa, llevo un tiempo leyéndote y este post me ha llegado al fondo porque durante muchos años he sentido la presión de las creencias educacionales, familiares , del entorno.
    Ha sido una evolución dura, de lucha conmigo misma debido a mi perfeccionismo y gran autoexigencia pero cuando llega ese día en el que empiezo por fin a liberarme de esas ataduras,
    comienzo a plantearme que existen otras opciones de vida y de trabajo diferentes a las que hasta entonces había considerado como validas y eso me abre un mundo lleno de posibilidades, gracias también a haberte descubierto a través de tus posts. Te seguiré leyendo. Gracias¡¡

  2. Inspirador post! Siempre habrá razones para justificar creencias, la mayoría impuestas por nuestro entorno y circunstancias personales y familiares. Muy interesante lo del sesgo de información, esa búsqueda continua de tu mente para confirmar una creencia. Realmente bueno el post y el blog. Un placer ser nuevo suscriptor y leer tus reflexiones, un saludo

  3. Tienes taaaanta razón!! La mayoría de las veces somos nosotros quienes nos autolimitamos sin tan siquiera probar a hacer algo nuevo, diferente, emprendedor!! Nos despedimos antes de ser contratados! Nos mantenemos en la ‘zona segura’ pensando en no hacer algo por miedo a fracasar. «Fracasar? Si ni siquiera lo has intentado!! » Ese freno automático que muchos llevamos incorporado ha de desaparecer. Y bien saben quienes me conocen que intento dejarlo guardado todos y cada uno de los días. Pero también es cierto que el miedo es libre (eso dicen), y cuesta trabajo dejarlo atrás!
    Gracias por el artículo!

  4. Ana Isabel Bastos Boubeta dice:

    Me ha gustado el texto pero quisiera añadir una idea muy vieja a esta reflexión: «Nadie da lo que no tiene». ¿ Qué quiero decir? Si me vacío de creencias viejas tengo que volver a llenarme de creencias nuevas y esas de algún lado tengo que sacarlas. Tal vez las que vaya a incorporar sigan siendo dañinas, de ahí la importancia de llenarse de contenido.

    Creo que las respuestas están ahí de siempre…basta leer a los clásicos para empezar a construirse y aprender de la historia, de la propia historia si se quiere…

    Un abrazo a todos.

  5. Si estás interesada en el asunto de la «elección de la percepción» debes leer los libros de Carlos Castaneda. Hablan de la cultura Tolteca, de los chamanes de esta cultura y de cómo éstos se plantean que nuestra percepción de la realidad nos limita y atrapa. A ese concepto que apuntas: «Si quieres ser una persona con seguridad, simplemente actúa como lo haría una persona segura. Decide que vas a ser una persona segura» ellos lo llaman «el intento». A la posibilidad de cambiar nuestra percepción del mundo la llaman «mover el punto de encaje» … Son textos fascinantes.

  6. Gracias Maria Luisa por el post. Me ha gustado tu post y ha llegado en un momento en el que ultimamente (como me suele pasar) hago más caso de lo que dice mi mente, de esas creencias, conceptos, limitaciones al fin y al cabo, que a mi propio sentir.
    En cuanto a las creencias que tengo puedo decirte: ‘tener la creencia de ser menos que los demás’, ‘creer que no ‘puedes’ alcanzar un objetivo a largo plazo porque resulte difícil de conseguir o implique dejarte la piel en ello’ o incluso (egocéntricamente) ‘creer que haces las cosas mal’.
    La verdad es que si dejas que la mente tome el control, puedes llegar a ‘pensar’ muchas cosas que más que ayudarte hacen todo lo contrario.

    Que tengas un buen fin de semana!

    Anouk

  7. Cuanta razón María, estoy harto de escuchar a gente decir: “no soy capaz de…” “esto está bien”, “esto no está bien”… soy una persona que me encanta cuestionarme todo, e incluso maquiavélicamente disfruto haciendo que los demás se cuestionen sus “realidades” o “certezas”. Creo que si no somos capaces de vencer esos muros que nos auto-construimos, jamás llegaremos a nuestro objetivo.

    Muchas gracias una vez más, y como tu bien dices “fuerza y valor”.

  8. Es curioso, porque lo que me limita es creer que una persona que conoce sus derechos laborales es una indeseada, y con lo cual no importa cuánto abusen de ti que tienes que callar o nadie querrá trabajar contigo.
    Y lo triste es que en este país esa creencia se cumple en un 98% de los casos.
    La consecuencia es que no eres 100% feliz en tu trabajo porque te toman el pelo.

  9. Gracias por el post, muy aleccionador. Es cierto que muchas veces las limitaciones nos las creamos y creemos nosotros mismos. Me quedo con la pregunta reflexiva que indicas y actuar. Me llevo el consejo para mi mochila vital.
    Saludos Jesús Mari

  10. ¡Pues NO te creo!

    Jajaja Cuánta razón tienes maestra.

    Recuerdo cuando empecé la carrera (the college) nadie apostaba por mí, estaba «muy ocupado» con cosas más importantes, hasta que decidí que la forma de hacer todo, era acortar el tiempo, así que hice en tres años, lo que mucha gente hace en cinco o séis.

    ¿Significa eso que soy un genio, un extraterrestre? NO, simplemente tenía una determinación y no paré hasta conseguirla. Si las circunstancias hubieran sido otras… quizá no habría acabado los estudios. 🙂

  11. Gran tema este de las creencias, las etiquetas y los prejuicios… Sobre todo los prejuicios hacia uno mismo. Uno de los grandes caballos de batalla del desarrollo profesional y de la orientación.

    Y es que a veces es complicado ver más allá, y eliminar ciertas creencias cuando la historia que acumulamos es la del rechazo continuo, o cuando los éxitos son escasos… En la búsqueda de oportunidades profesionales suele ser así. La escasez de oportunidades hace que nuestros esfuerzos tarden en lograr beneficios, y la enorme cantidad de rechazos hace poco visible los aciertos, y por lo tanto sabe que se va por buen camino…

    Qué difícil es ayudar a otras personas a tomar perspectiva de su trayectoria y vislumbrar esa buena dirección…

    Como siempre, muchas gracias por compartir.

    1. Comparto contigo tu opinión y tu experiencia. Cuan difícil es cambiar nuestras propias creencias cuanto más ayudar a los demás a cambiar las suyas y encauzar su camino hacia lo que vivimos el presente y nada más, cogiendo las riendas con fuerza, iniciativa y entereza.

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