La base de tu destino profesional
O bien he estado un año sin escribir… o he tardado un año en escribir esto.
Un poco de cada, la verdad. Ojalá tuviera la capacidad de storytelling de los guionistas de This is Us, que te pueden mantener una hora entera cruzándote historias en principio inconexas y en los últimos tres planos del capítulo – zas! Lo entiendes todo. Sería la caña.
Pero me temo que mi cabeza funciona de manera más lineal, por lo que voy a empezar por el principio, que te adelanto es una parte personal dura, pero siento que debo compartir para que entiendas el resto.
Llegué al mes de julio de 2018 con un burnout como no había tenido jamás. Los dos años anteriores me había sometido a tal estrés, que tras una analítica rutinaria me recomendaron una transfusión urgente. Mi doctora no entendía cómo era capaz de levantarme de la cama.
Sólo era el principio.
Tres semanas después la noticia más devastadora nos arrasó: el fallecimiento de mi sobrina de 4 años, en un accidente doméstico. Y poco después, la muerte súbita de mi suegro.
Logramos acabar el 2018 a duras penas. La tristeza era demasiado profunda.
Pero qué puedo decir, la vida sigue. Y la vida, con todo, es un milagro maravilloso del que no podemos desperdiciar ni un momento.
Cambiamos de año y decidí darme tiempo para sanar y reconstruir, para poder encontrar de nuevo mi motivación – porque tengo demasiada fuerza y demasiadas ganas de SERVIR como para quedarme parada.
Me he escuchado, he fluido… y desde luego, no me he estresado.
He estudiado mucho – muchísimo – temas fascinantes de desarrollo personal; he trabajado con mentoras, me he “metido para dentro” y he buscado y rebuscado, porque sabía que mis “pepitas de oro” seguían ahí dentro.
He tomado decisiones, y me he realineado con mi negocio, y en este momento me pongo en manos de lo que corresponda – universo, Dios, el lado luminoso de la fuerza, energía cósmica… – para que me ayude a que esta nueva fase sea tan brillante como sea posible. He dicho!
Y sigo aquí a tu lado para ayudarte a lograr una carrera profesional que te dé todo lo que deseas, eso no ha cambiado. Ese es mi core, donde sé que más te puedo aportar. Pero mi foco no está en el mercado, en la táctica, mi foco está en ti.
Mi foco está en que te atrevas. En que sueñes en grande, que seas ambiciosa, que rompas creencias que te limitan y te están autosaboteando.
Ah, sí, he dicho ambiciosa: me perdonarán los varones en la sala si hablo en femenino a menudo a partir de ahora, pero es que mucho de mi mensaje va a estar dirigido a mi fellow women, porque quiero darles ese extra de energía, de empoderamiento (bonito palabro!), de inspiración para romper los moldes en los que nos metemos (o dejamos que nos metan).
Y del camino que he hecho, hay una poderosa conclusión que tengo que compartir contigo – no es que no lo supiera antes, es algo que sabía pero no había profundizado tanto y no lo había visto nunca tan meridianamente claro, y es que:
Tu destino no está ahí fuera.
Esta es la razón secreta que explica mucho de lo que no va bien en nuestra carrera, en nuestro trabajo. Esa falta de motivación. Esa sensación de desconexión. Esa pereeeeeeeza mental cada mañana. Esos resultados mediocres por mucho que te esfuerces.
Y te voy a decir qué es:
Porque lo que estás haciendo no es consistente con la persona que eres por dentro.
Yo esto lo he sentido en primera persona (al menos) en dos ocasiones:
Primero (evidentísimo) en mis primeros años en el sector financiero: directa y meridianamente odiaba los números. Y aún así, reconozco que a base de fuerza bruta logré una carrera muy exitosa, algo que no recomiendo a nadie y que tampoco es seguro conseguir.
Pero claro, era obvio: yo soy de letras puras (sí, soy de la época que el mundo se dividía entre los de Cola-Cao o los de Nesquik / los de Star Trek o los de Star Wars… y los de letras o ciencias) y estaba metida en el sector financiero, cualquiera podía ver que era como agua y aceite.
Bueno, pues aún habiéndolo pasado ya una vez, me volví a descalabrar años después, cuando puse en marcha un proyecto propio, convencidísima que iba a ser la bomba. Estaba súper invertida personal y económicamente… y fue un desastre.
Yo no lo podía entender: ¿por qué? Si la idea era buenísima, innovadora, contaba con todo lo que hacía falta para que fuera un éxito rotundo…
Hice todos los cálculos, menos uno: que no era yo.
Yo no era la persona para llevar a cabo ese proyecto. Me enamoré del resultado final, de la idea romántica que iba a acabar logrando, del sueño ya cumplido… pero es que el proceso para llegar a ese resultado exigía que yo fuera una persona distinta de la que soy, con competencias que no encajaban conmigo y que no me interesaba adquirir.
Y claro, valió madres.
Supongo que te imaginas la pregunta que te voy a plantear ahora:
Si te sientes desconectada de tu trabajo, de tu proyecto, si te das cuenta que te cuesta muchísssssssimo coger tracción, que procrastinas como nadie, que levantarte los lunes te cuesta más que perdonar a los guionistas de Game of Thrones por el final de la serie, pregúntate:
Esto a lo que me estoy dedicando, ¿es consistente con quien soy yo por dentro?
Hablo de tu identidad profunda, no de la persona que quieres hacer ver, o la persona que los demás creen que eres, si no lo que tienes bien agarrado en tu subconsciente.
Porque cuando tu subconsciente tiene algo diferente escrito, no hay esfuerzo, perseverancia o sacrificio que valga: seguirás dándote contra una pared hasta que no te decidas a mirar bien dentro en tu programación profunda para entender quién eres realmente.
Y cuando identifiques con claridad tus valores profundos y la base de tu talento, podrás alinear tu trabajo con la persona que realmente eres y entonces, ahí sí, entonces ocurrirá la magia.
*****
Espero que esta reflexión te sirva.
Estoy muy emocionada con lo que está por llegar y todo lo que quiero compartir contigo, para ayudarte a replantearte lo que te está frenando y darte la confianza y motivación para actuar hacia el objetivo que deseas.
Si me quieres dejar tus comentarios o tu opinión, me encantará leerte, y si lo compartes con alguien que lo pueda necesitar, será un honor.
Como siempre,
Qué bueno que hayas regresado, mi querida ML!!
Debe haber sido tremendo pasar todo eso que contaste. Lo bueno es que has sabido aprovechar bien el tiempo para reorganizar tu mente y tu energía, en pos del próximo desafío.
Una cosita que me da un poco de temor, es que vayas a reorientar tu labor hacia las mujeres. Prácticamente el 100% de las coaches que conozco se dirigen a ellas, y los varones que tenemos las mismas necesidades no encontramos a nadie para que nos ayude. Me parece fenomenal el «empoderamiento» (que a estas alturas del siglo XXI ya ni debería ser algo que conseguir), pero yo siento que ahora ellas la tienen más fácil. Hasta hay programas de televisión que hablan de lo mismo, y si bien trato de aprender al máximo, varias cosas son difíciles de aplicar para los varones. La verdad que en ese sentido me voy sintiendo cada vez más solo…
Y con respecto a lo que dices del «destino», es absoluta y totalmente cierto.
Yo también he tenido un año terrible, sobre todo el último verano austral (invierno boreal), pero una de las cosas que finalmente pude establecer fue mi tan buscada vocación.
Ojalá que esto que voy a decir les sirva a otras personas. Prácticamente desde que tengo uso de razón me gustaron los mapas y el clima. Luego, a través de los años se fueron agregando otras pasiones, como la música y la política. Cada vez que tuve un rato libre, sean vacaciones o no, siempre estoy pensando en la geografía y afines. Pero tenía que cerciorarme para qué servía, porque tal vez yo tenía habilidades para otra cosa, y eso era sólo un hobbie. Bueno, lo que hice fue dedicarme un mes a mí mismo haciendo un test vocacional chileno que encontré hace varios años por Internet, pero recién este año lo profundicé como nunca, porque yo sentía que había tocado fondo. Y finalmente, más allá del resultado que pudo dar, no pude escapar ni un instante de la descripción que hacía para «Geografía». Y con el pasar del tiempo, me fui dando cuenta que el trabajo tiene que ser como las vacaciones soñadas. Yo me imagino haciendo esto hasta el día que muera, porque no me conozco haciendo otra cosa que lo que siempre he hecho. El asunto está en que, más allá de ejercicios de autoconocimiento, que los hay y muy buenos (otros no tanto), lo importante es saber cuál es tu esencia.
Es difícil de explicar en un comentario de este tipo. De alguna manera, te vas a dar cuenta que sos bueno en ello, que te gusta, y que podés ayudar a la gente.
A mí me parece que mi mayor demanda el año pasado era que algo o alguien me dijera «esta es tu vocación», porque yo no era capaz de darme cuenta solo. Porque tal vez era algo que yo no me daba cuenta, pero que estaba oculto, porque como me ha ido tan mal en mi profesión en los últimos 10 años… Porque yo he estado muy desorientado (lo sigo estando) y mi necesidad era encasillarme, de alguna manera. Ponerle un «nombre y apellido» a mi vocación, cuando en verdad mi nombre y apellido está en el documento de identidad. Me refiero a que tengo que ser Martín, con todo lo que me gusta y todo lo que soy, que es lo que siempre tuve claro, y dejar la etiqueta «proactivo», «líder», «organizado» a un costado.
Bueno, como me gusta escribir y hacerme entender, y tratar de que mi paso por la Tierra beneficie al otro, aquí finalizo mi saludo de re-bienvenida.
La verdad es que también se siente horrible cuando encuentras tu vocación pero no encuentras la manera de vivir de ella. Por eso yo necesito la reinvención, la necesito para seguir viviendo. No puede ocupar el lugar de hobbie.
Pero sobretodo, no puedo seguir malgastando mi vida, mis ilusiones, haciéndome mala sangre, quejándome sin poder cambiar nada acerca de mi trabajo como docente. Yo ya no puedo ni quiero ni me interesa ser docente. No sé si alguna vez me interesó. Por eso hay que dejar de fijarse en los resultados que obtuviste, o en lo que alguna vez disfrutaste hace 11 años. Porque también disfruté de tomarme un helado de limón, pero no por eso TODA LA VIDA voy a estar tomando helado de limón. Fue un momento y ya está; ahora necesito hacer el duelo, yo me doy cuenta que necesito hacerlo para dejar de atormentarme.
Gracias por leerme, muchas gracias.
No sé si te lo vas a creer pero ayer me acordé de ti. El curso pasado lo pasé casi en blanco profesionalmente por una lesión y no estoy tan pendiente de las redes sociales. Este curso lo he empezado con nuevos proyectos muy retadores y muy ilusionantes y, aunque ya no imparto Formación y Orientación Laboral, retomando las redes sociales caí en la cuenta que hacía tiempo que no había leído nada tuyo. Pensando que se me habría pasado me dije, «pa mis adentros», ¡pues tengo que buscarla que algo interesante debe haber publicado!
Me alegro que estés nuevamente por aquí dando consejos que pueden ayudar a mis alumnos porque, como profesor de formación profesional, la orientación laboral la llevo en mi ADN profesional.
Querida Maria Luisa, me alegro mucho que estés de vuelta, te echábamos de menos. Eres una gran luchadora, sin duda, pero hay situaciones que nos superan y somos humanos, muy humanos afortunadamente y sufrimos y necesitamos un parón, a veces, cuando ocurren situaciones tan duras como lo que te han ocurrido. Gracias por tú maravilloso post, tan sincero y honesto, con tú fuerza e inspiración habitual. No podemos más que estar agradecid@s por tú vuelta a la lucha por servir y ayudar, te honra. Te deseo toda la suerte y éxito en tu empeño, en esta nueva etapa, lo mereces. Un abrazo y Fuerza y Valor 😉
Mucha Fuerza¡
Tus palabras me han llegado muy dentro, es cierto, somos nuestro propio freno…
Ahí me encuentro, en la lucha de crecer profesionalmente pero mi conciliación personal es mi ser, mi valor auténtico.
Gracias de nuevo¡¡
Fuerzas a todas¡
🙂
Tú sí que eres un milagro. Y otro es que sigamos conectadas por el ciberespacio después de tantos años y vaivenes y porrazos profesionales y de todo tipo que hemos tenido. Un regalo sentir que nos sigues acompañando y que seguirás haciéndolo, pase lo que pase. Yo continuaré siguiéndote, esperando que en algún momento podemos darnos un abrazo que no sea cibernético. Te hará feliz saber que creo que ya me he alineado casi del todo conmigo misma, y con muchos de los que estamos dispuestos a «en todo amar y servir» como tú.
Un abrazo gigante y toda La Fuerza del Universe!!
Ay mi querida Laly, siempre aportando LUZ, tú sí que eres un verdadero regalo!!!!
Y nada me puede alegrar más que esa «alineación», tienes tanto tanto que dar! Poca gente hay con tu generosidad y tu corazón!!
Un abrazo inmenso y no te vayas lejos, eh?
Me alegro mucho que te haya llegado mi mensaje, Elisabeth! y me hace especial ilusión porque en esta «nueva fase» quiero hablar más sobre esto, sobre las barreras que nos ponemos especialmente las mujeres, la primera de ellas es, por desgracia, ni siquiera creernos merecedoras de MÁS.
Una pena inmensa! con todo lo que tenemos que aportar!
O sea que te animo a que sigas con la lucha, fuerza y valor!!! 🙂
Un abrazo
Yo confieso que te estaba echando de menos. Lamento que lo pasaras mal pero celebro que hayas vuelto.
Yo sé cuanto vales.
Fuerza y valor (me encanta)
Mi querida Luz!!
Qué gustazo seguir teniéndote cerca, gracias, gracias, gracias, gracias de verdad, me emociona que sigas a mi lado!!!
Te mando un abrazo enorme y por supuesto para ti también, fuerza y valor!!!!