¿Qué quiere oír el entrevistador? 1 recomendación básica
Empiezo por avisarte que no hay respuestas mágicas ni trucos de control mental Jedi que te vayan a permitir pasar esta incomodísima parte del proceso de búsqueda del Santo Grial sin sudar al menos un poco. Sorry.
Estamos mucho más tranquilos cuando hablamos de la parte técnica, de nuestro trabajo, de las herramientas que usamos…pero cuando empiezan a caer las preguntitas del tipo «¿Cómo te desenvuelves en situaciones difíciles?” o “¿Por qué tenemos que contratarte?”, ahí se nos empieza a revolver el estómago y desearíamos tener el superpoder de congelar el tiempo para poder respirar con tranquilidad, secarnos las manos, y desacartonarnos la cara por haber mantenido esa “sonrisa amable” durante ya casi una hora, verdad?…
Pues ya que eso no va a poder pasar, piensa que en realidad hay dos opciones:
- Bien el entrevistador tiene ya una respuesta “preferida” o “preseleccionada” para esa pregunta – y como tú no tienes tampoco el superpoder de leer la mente, mejor relajarte. Para ello te ayudará haberte trillado bien todo lo que puedas encontrar sobre la empresa, porque eso facilitará a tu intuición la decisión de por dónde salir ;).
- Bien el entrevistador está simplemente intentando conocerte y averiguar si tu matrimonio con la empresa funcionará o acabará en un caro y precipitado divorcio por “incompatibilidad de caracteres”. En este caso, la recomendación sigue siendo que te relajes: tú también debes averiguar si la relación te interesa.
En cualquiera de los casos, a las preguntas del reclutador, mi recomendación es: sé sincero. No, espera: sé sensato.
Es decir, no me estoy echando atrás con el tema de la sinceridad; en realidad, ojalá ambas partes pudieran ser totalmente sinceras, las empresas se ahorrarían muchísimo dinero en contrataciones erróneas y el candidato se ahorraría otro muchísimo dinero en almax y kleenex.
Lo que quiero decir es que, dentro de que seas tú mismo (para evitarte después los almax y los kleenex, créeme) y no intentes ser un actor interpretando a otra persona (la persona que tú crees que ellos quieren), sepas jugar tus cartas con sensatez. No lleves la sinceridad al punto de comentar que una de tus debilidades es la puntualidad porque «como sales por las noches, a la mañana siguiente no hay quien te levante». Es decir, que debes ser tú mismo pero tu mejor versión.
Yo soy la primera que me pongo de los nervios cuando tengo que hacer esas preguntitas; cuando la de “dime una debilidad” se convierte en una especie de ejercicio de psicología inversa o de convertir las virtudes a pasiva, porque tooodo el mundo me contesta alguna variedad de: “que trabajo demasiado” o la famosa “que soy muy perfeccionista”. Uf! Pues te aviso que los otros 5 candidatos que he entrevistado antes que a ti, han dicho las mismas!!
En este caso, personalmente creo que lo mejor es que te lances a darme una debilidad real pero que me digas cómo estás consiguiendo superarla. No tiene sentido que pretendas dibujar a un superhombre cuando todos somos humanos y tenemos nuestros defectos, mejor dime que «en ocasiones soy desorganizado» pero «he estado estudiando y leyendo mucho sobre productividad (N. del A.: por cierto, si os interesa el tema recomiendo el blog de Berto Pena) y he encontrado la técnica Pomodoro que es la que mejor me está funcionando y he logrado tal y cual…» Muuuuucho mejor!!!!
De este modo has sido sincero pero sensato: la debilidad es real (pero no me has contado que te gusta matar gatitos en tu tiempo libre, eso no sería sensato!!!!), por tanto me estás demostrando que eres capaz de auto-crítica ¡genial! Y encima que tienes fuerza de voluntad y tesón para ser capaz de superar esos aspectos mejorables. Impecable.
Y con este buen sabor de boca os dejo por el momento… si os ha gustado, seguiremos hablando sobre las respuestas en las entrevistas. Hasta entonces:
Fuerza y valor! 🙂
Cambiemos de papeles… ¿y cuál sería la respuesta menos mala en ese caso? Es decir, ¿qué «debilidades» son las menos «débiles»? Ese tipo de preguntas no sé hasta qué punto aportan realmente valor a la entrevista y te dan una visión real de la persona a la que estás entrevistando… pero imagino que, si se siguen empleando será por algo (aunque ese «algo» sea la inercia…).
Saludos!
Sí, exacto, hay tantas preguntas en estos procesos que están totalmente manidas… El valor que le aportan a la entrevista -al entrevistador, digamos- depende del contexto, de su capacidad para captar la personalidad del candidato, de la honestidad de ambas partes, de dejar de lado prejuicios… incluso de tener muy claro qué se necesita en la empresa!.
Sincero es aquel que dice o intenta decir la verdad, sensato es aquel que obra de tal forma que no incurre en lo descabellado y loco (insensatez). En una entrevista hay que no solo ir relajado sino responder relajado, y más que demostrar otras cualidades como la sinceridad o la sensatez o la cordura, hay que ser coherente en lo que se dice y en como se actúa. Coherencia es responder lo adecuado en cada situación adecuada, la justa respuesta a la justa pregunta (ese sería el idel de perfección). Pero ¿quien dispone del criterio para señalar lo correcto preguntado y lo correcto respondido?.. quizá el juez o en última instancia un académico. Si alguna vez tengo la oportunidad de asistir como candidato a un proceso de selección y me preguntan:
¿cual es tu debilidad?..pues ahora que me lo pregunta no caigo, probablemente porque en principio ni fumo ni bebo ni me drogo; pero si me pongo en serio a escarbar en mi consciencia , solo le diré que tengo dificultades para resistirme a los dulces, de ahí mi sobrepeso. ¿Por cierto si me va a preguntar ahora por mis defectos? tan solo decirle que «solo los que usted ve», porque si en un cajón de mi habitación tengo un calcetín o un gallumbos mal doblados es algo de lo que usted no sabrá jamás.
Luis Blazquez Ramirez
Licenciado en psicología y filosofía, tecnico superior en administración de sistemas , y actualmente transportista ¿Quien da más?
A mi me han echo la pregunta «Dime un defecto tuyo que a la vez se transforme en una cualidad»
Mi respuesta Sinsera: Soy muy inseguro de lo que hago, esto me puede llevar a preguntar una y mil veces las cosas antes de hacerla, osea, no tengo mucha iniciativa propia… Pero cuando me adapto y aprendo, lo hago bien, y como estoy mas seguro, mejoro rotundamente con mas confianza..
Ese fue mi aporte 😀 .. saludos
Hola Simon y muchísimas gracias por pasarte y comentar!.
Si te plantean así la pregunta ya te lo están poniendo más fácil, no? 🙂
Un abrazo,
María
Respecto al tratamiento de las «debilidades» yo he defendido la misma tesis que propones, pero muchos conocidos me la rebatían. La forma en que lo has expuesto y defendido -cosa que yo no sabía hacer tan bien- me anima a volver a practicarlo cuando se tercie.
Enhorabuena por el blog. Cada vez más un referente.
Muchísimas gracias por el comentario, me alegro que haya encajado con tu forma de hacerlo.
Un saludo y espero seguir leyéndote por aquí! 🙂
¡Interesantes cuestiones!
Lo mejor creo que es empezar por lo de conocer la empresa a la que optamos, para así poder ir preparados y saber por dónde pueden ir los tiros. En cuanto a este tipo de preguntas-trampa, deberíamos también prever que nos van a tocar, y estar dispuestos a una respuesta «sensata», como bien dices.
Para el caso concreto de la pregunta «dime una debilidad»… en fin, me la han hecho varias veces, e incluso yo he caído en hacerla alguna vez haciendo de entrevistador, pero ya no tengo claro que sea una buena pregunta: puede servir para poner nervioso al entrevistado (si no ha pensado en ello previamente), para que me diga alguna insensatez que lo descarte, o para que me responda alguna contestación estándar de las que citas… No sé, no estoy muy a favor de este tipo de preguntas-trampa.
En cualquier caso, volviendo al hilo principal del interesante post, creo que es primordial la sensatez y la tranquilidad en la entrevista, y el no intentar ser quien no se es.
Un saludo
Pablo Rodríguez
Pablo, no puedo estar más de acuerdo con lo de las «preguntas trampa» que planteas. Y es que a veces te das cuenta que estás haciendo un paripé tremendo!!!!.
¿Cómo es posible que no logremos encontrar un sistema de selección más cercano, menos encorsetado -no te digo ya las pruebas de grupo, agárrate los machos! ;)- y que, en el fondo, no suele lograr su objetivo porque hay mucha arbitrariedad en el proceso.
Un reclutador no puede esperar que un candidato conteste a «¿por qué te tengo que contratar?» de manera realista. «¿Y yo qué sé? si no trabajo aquí, si no sé exactamente qué problemas tenéis, ni conozco los proyectos que tenéis entre manos!» es lo que a uno le apetece contestar, verdad? :S
Pero sí, dado que no hay más remedio que tener esta «conversación» entre ambas partes, lo mejor es no ser quien no se es, como dices.
Muchísimas gracias por pasarte por aquí y nos seguimos leyendo! 🙂
Que bueno!! Solo te falta la preguntita «¿cual es el salario mínimo por el que estarías dispuesta a brabajar?». Cuando me preguntan eso después de 1 año en paro buscando trabajo me da ganas de decir: «¿Cuanto más quieres que me arrastre?
Estoy optando a un puesto por debajo de mi categoría y dispuesta a ganar la mitad de lo que ganaba con tal de encontrar trabajo. ¿El entrevistador no es capaz de darse cuenta que después de un año en paro, si has aplicado a un puesto inferior al tuyo es que NECESITAS trabajar y que ya te da igual el puesto, la pasta y lo demás?.
Por favor!!
Hola Ana!
Por alguna razón tu comentario entró en la cola de spam y lo acabo de ver :(.
Estoy de acuerdo que la situación a menudo es límite y dramática. Te aseguro que lo sé, y es muy duro mandar CVs a puestos muy por debajo de tu cualificación y que ni te llamen. O te llamen para finalmente descartarte por estar sobre-cualificada.
Lo que pasa es que ¿es realmente culpa del seleccionador? al final él/ella tienen un cliente (que puede ser interno o externo) al que le tienen que solucionar una necesidad e intentan hacer su trabajo lo mejor posible. ¿Una persona sobre-cualificada pero con mucha necesidad es el mejor trabajador que podrían elegir? pues puede ser, claro que sí, pero habiendo tanta demanda de empleo, en este momento se pueden permitir rebuscar hasta encontrar a quien se adapte como un guante al puesto.
Cuando haces selección eres un «descartador»; la pena es que no te das cuenta a qué gente súper válida y valiosa te estás perdiendo por el camino, porque cualquiera en un momento dado de su carrera puede estar tomando una decisión absolutamente consciente y deliberada de buscar un trabajo por debajo de su capacidad y sueldo, y podrías haber encontrado una piedra preciosa pero estás mirando para otro lado y no te das cuenta…
Muchísimas gracias por pasarte y comentar, Ana. Por cierto, me ha gustado mucho tu blog sobre Neuromarketing 🙂
Un saludo!
Hola Ana, además del salario bajo te informan que el horario será de esclavo, pues ahora quieren que empieces a trabajar a las 8 am y hasta 7:30 pm y sábados medio día pero además, que tengas disponibilidad de horario… Y mi vida pa cuando???
Saludos!