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No te voy a recomendar en mi empresa

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Montt

A ver, no pensemos que estamos inventando la rueda: de toda la vida de Dios, hemos tirado de contactos para encontrar trabajo. Hermanos, primos, amigos, tíos, amigos de los amigos… ahora lo llamamos networking, pero esto es más antiguo que la tana.

Y ese es el problema.

Que antes pillabas a tu primo por banda, le decías, «Estoy buscando curro, tú puedes meter mi CV en tu empresa?» y dicho y hecho. No digo que funcionara a la primera, pero vamos, que tampoco había que remover cielo y tierra porque antes o después alguno de tus contactos te abría la puerta. Y nos hemos pensado que sigue siendo igual, pero en internet.

Que al que te acepta formar parte de tu red en Linkedin, le puedes tratar casi como a tu primo, y aunque con otras palabras, pedirle que meta tu CV en su empresa.

Pues necesitas darle >>play aquí debajo, porque lo que tengo que contarte, te interesa:

 

 

.TRANSCRIPCIÓN

Tus contactos son tus euros profesionales.

Esta frase recoge probablemente el principio básico para todo profesional que quiera tener éxito en su búsqueda – y en su carrera. Tu licenciatura, tus años de experiencia o tu nivel de inglés sólo te llevarán una parte del camino, y a partir de ahí en este momento, el mejor capital en el que tienes que invertir, es en crear una red de contactos formada por personas que en algún momento en el futuro, podrán –voluntariamente y tal vez– ayudarte en tu carrera.

Pero para que esto ocurra, hay que saber tratarles, por eso hoy quiero hablarte de un uso extendidísimo y muy erróneo que se hace de los contactos.

Me refiero a cuando alguien se pone a pedir contacto a diestro y siniestro por Linkedin hasta casi agotar todas sus invitaciones y acto seguido, les espamea pidiéndoles que muevan su CV.

Desde los más osados «para que lo tengas en cuenta en los procesos de selección que puedas conocer» pasando por más suaves «ofrecerme como posible candidata a algún puesto en el que pueda encajar mi perfil» – esta es una forma de hacer spam y desde luego, no es forma de tratar a un contacto nuevo.

Crear una sólida y eficaz red de contactos es otro mundo, no tiene nada que ver con esta idea chupóptera y poco realista de asaltar a todo el que se cruza en tu camino para que haga el trabajo por ti.

 

Pedir a alguien que presente tu CV en su empresa, es un PEDAZO DE FAVOR

– casi equivalente a que te haga padrino de su primer hijo 😉 -.

Y no te conoce de NADA.

 

¿De verdad crees que alguien por el hecho de haber aceptado tu petición de contacto estándar de Linkedin, sin saber nada de ti, va a salir de su camino para presentar tu CV en la empresa para la que trabaja, arriesgándose a que seas un asesino en serie, un caradura, un mal profesional o simplemente un tipo problemático?

Vamos a ver lo que está arriesgando: si le sale el tiro por la culata (y dado que no te conoce de nada, las posibilidades son grandes), arriesga su reputación, la posibilidad de recomendar en el futuro a alguien que de verdad conozca, se arriesga a quedar mal con RRHH, con su jefe o con el que te vaya a contratar.

No sólo eso – que ahora volveremos sobre ello -, es que esta es una forma muy comodona de buscar trabajo. Yo estoy en casa, delante del ordenador, y extiendo mis tentáculos hasta todo el infeliz que acepta mi solicitud de contacto en Linkedin, y le pido que se encargue de conseguirme trabajo.

Cuando uno es Beyoncé, Amancio Ortega, o el presidente-de-cuyo-nombre-no-quiero-acordarme de cierta primera potencia mundial, pues sí, se tiene gente haciendo las cosas por uno.

Pero el resto de mortales, tenemos que mover el culo.

A lo mejor pensarás: “¿Pero no es eso networking? ¿Para qué tengo que hacer contactos, entonces?Pues en ningún caso, para abusar de su confianza.

Los quieres para que te conozcan y vean que eres una persona digna de confianza, que vales para lo que dices que vales, y que además te ajustas a lo que su empresa está buscando, se acuerden de ti y tal vez (y sólo tal vez), decidan presentarte en su empresa para ese puesto concreto en el que han visto que podrías encajar a la perfección.

 Es decir, las circunstancias que se tienen que dar, son:

1. Que te conozcan (sin tener que ser tus mejores amigos) y comprueben que eres digno de confianza y que vales para lo que dices que vales.

2. Que en el momento adecuado, se acuerden de ti.

3. Que te ajustes a la perfección al puesto que ha surgido en su empresa.

4. Que decidan presentarte / referenciarte / recomendarte para ese puesto. 

Cuando no se dé una de estas circunstancias, it’s not gonna happen.

La gente es buena, claro que sí, y quiere ayudar… pero no hay que ser ingenuos y pensar que lo van a hacer con los ojos cerrados y a costa de su reputación en la empresa que les da de comer.

 

Tienes que darle algo que le haga querer ayudarte.

Tienes que interactuar, darle tiempo, tener paciencia,

posicionarte en su mente como alguien interesante, majo (preferiblemente),

ilusionado por el trabajo, capaz y buena gente.

 

Y luego le dejas caer que “trabajar en su empresa sería un sueño”… y esperas a que surja la oportunidad de una oferta en su empresa que encaje contigo como el zapato de Cenicienta y entonces puedes hacer algo.

Un contacto es como una semilla de bambú, que hay que cuidar y mimar mucho… y echarle  mucha paciencia porque puede tardar muuucho tiempo hasta dar resultados.

Pero esta es la manera de hacerlo, es la única forma en la que, cuando lleguen los resultados, serán reales y serán buenísimos.

Fuerza y valor!!

 

 

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6 comentarios

  1. Sólo quisiera añadir un mínimo dato a lo que tan claramente ha expuesto Maria Luisa: «Y no se te ocurra recontactar con el «espameado» – ojo al «palabro» – para preguntarle ¿Qué hay de lo mío? »

    Saludos

    1. María Luisa Moreno Cobián dice:

      😀 😀 😀
      buen matiz 😉

  2. Totalmente de acuerdo. Perfectamente explicado.
    Gracias.

  3. Hola, María Luisa:
    En el correo nos decías que habías tenido problemas de organización para poder escribir por el exceso de trabajo y que, a lo mejor, es que habías procas… pocras… eh… qué habías perdido el tiempo en tontunas 😉
    Pues me siento identificado. No encuentro tiempo para echar un vistazo a tu blog y el de otros que me gusta seguir. Mucho trabajo porque he introducido en clase la utilización de videos y porque estoy trayendo al instituto a profesionales para impartir talleres.
    Es este último proyecto el que me da pié a comentar tu entrada en el post.
    Si he conseguido que vengan profesionales a mi instituto «por amor al arte» ha sido gracias a cuidar a los contactos. Antes de pedirles su colaboración yo conocía lo que hacían profesionalmente y ellos conocían lo que yo hacía «docentemente». Casi siempre, a través de las redes sociales pero también, puesto que somos de la misma zona, en persona.
    Esto es lo que quiero trasmitir también a mis alumnos, la importancia de las redes sociales para compartir nuestro perfil profesional. Que los posible empleadores puedan conocer sus logros y que les servirán como presentación de su curriculum vitae.
    Un abrazo.

  4. Me encanta, como siempre. A la gente le cuesta mucho entender, que los contactos hay que currárselos, que si, que estas en búsqueda de empleo y tienes prisa, pero pensar que simplemente por eso la gente te va a recomendar es ser un egoísta y un iluso…hay que ejercitar la paciencia y cultivar los contactos como bien dices. Lo bueno es que si lo haces de manera estratégica, sistemática y tienes un poco de paciencia, it will pay off! Lo digo por mi propia experiencia y la de muchos a los que ayudo 😉 Un saludo!

  5. Muy acertado, como siempre, Maria Luisa. Es curiosa la cantidad de gente a la que no conoces que te solicita que la aceptes en tu red de contactos de Linkedin. Y muchas veces son profesionales de RRHH, lo que parece ser otro tipo de «vagancia», tan poco práctica como la que comentas.

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